El problema de los combustibles fósiles a nivel mundial es uno de los más urgentes y al mismo tiempo menos atendidos. Por un lado, una sociedad, como la nuestra, que se apoya en estos combustibles es terriblemente frágil en términos económicos y políticos; y por el otro, la contaminación que produce nos deja al borde del desastre climático.
Según el Análisis de los precios y de los subsidios a las gasolinas y el diésel en México, 2007-2012, publicado por la Cámara de Diputados, la gasolina en México ha subido de precio de manera brutal. De enero 2007 a junio de 2013 la gasolina Premium ha subido 44.77%, la Magna 69.67% y el diésel 106.46%. Estos aumentos de precio elevan el costo del transporte de alimentos y diversos bienes, además de que impactan directamente en el transporte público y la economía familiar. Necesitamos buscar alternativas viables y a corto plazo que nos hagan menos dependientes de los combustibles fósiles.
Bombas cerradas en Oregon, Fuente: Wikimedia Commons
Un grupo de estudiantes de ingeniería en mecatrónica e ingeniería química del Instituto Tecnológico de Atitalaquia, en el estado de Hidalgo, desarrollaron una tecnología capaz de ahorrar hasta el 40% del consumo de gasolina. La idea es disasociar las moléculas de agua en una caja de acero con una celda electrolítica.
El dispositivo aplica un impulso eléctrico al agua que disasocia sus moléculas y favorece la producción de hidrógeno en gas. Esta sustancia actúa como aditivo para la gasolina y permite un ahorro considerable. El hidrógeno entra a la cámara de combustión mediante un sistema de seguridad basado en electroválvulas regulatorias. Así se reduce la entrada y la salida de gasolina y por ende el consumo. Daniel Serrano, uno de los ingenieros en mecatrónica involucrados en el proyecto, explicó:
“La innovación que nosotros hicimos, a diferencia de otros equipos que actualmente existen, es precisamente el sistema de seguridad, pues no necesita almacenamiento de hidrógeno, lo cual nos da mayor seguridad en el uso de este elemento”
Al momento el sistema se ha probado únicamente en un auto compacto, pero sus creadores aseguran que funcionará en cualquier auto independientemente del tamaño del motor. Aunque existe el interés de crear una compañía y llevar el dispositivo al mercado, tardará al menos un año antes de que podamos adquirirlo. Según la profesora Blanca Eva González, asesora de los estudiantes, hace falta que sea aprobado por un laboratorio certificado para poder ser comercializado.
Estudiantes detrás del proyecto y Blanca Eva González, asesora
Si todo sale bien para estos estudiantes, es posible que pronto podamos tener hasta un 40% de ahorro en el consumo diario de gasolina. Al momento, fabricar uno de estos dispositivos cuesta alrededor de 15 mil pesos, pero se espera que el precio se reduzca si se produce en masa. [Fuente: CE]