Sin bordes, con colores y mucho más robusto, así es el nuevo modelo de Samsung. JK Shin, presidente y consejero delegado de Samsung, ejerció de maestro de ceremonias para desvelar su nueva filosofía: “Lo que nos ha hecho número uno en móviles son dos palabras, innovación constante”.
Un solo chasis en el que cabe todo, con el metal en el borde como una declaración de intenciones, adiós a las críticas por el empleo de plásticos. Samsung, por fin, pone metal en la gama alta. Muchos consumidores no entendían que después de pagar más de 500 euros no tuviesen algo más robusto en las manos. Han reforzado la superficie con Gorilla Glass, un tipo de cristal reconocido por su resistencia
Siguiendo la estela de Apple, sale con dos modelos, S6 y S6 Edge, de mayor pantalla y el borde de la pantalla curvado. Las novedades en el hardware se centran en dos aspectos claros: mejor cámara y mejor conexión, que se traducen en algo que agradará a las operadoras, archivos de mayor definición y mayor consumo de datos. Sale a la venta el 10 de abril con tamaños de 32, 64 y 128 gigas.
Hubo espacio para el sonrojo, como cuando buscaron la implicación del público. Un toque demasiado infantil y poco profesional preguntar al auditorio: “¿No es el teléfono con el que queréis dar envidia a los amigos? Y no se dobla”. Una clara referencia a Apple y su iPhone 6 Plus. Los colores en que sale quieren acercarse a las joyas: blanco perla, negro zafiro, oro platino, azul topacio y verde esmeralda.
Otras de las críticas más duras referidas a los últimos modelos de la firma era la complejidad de su interfaz, colmada de complementos que complicaban su uso. Han vuelto a la sencillez. Más limpia, más clara y más parecida al Android que proporciona Google.
Un toque demasiado infantil y poco profesional preguntar al auditorio: “¿No es el teléfono con el que queréis dar envidia a los amigos?"
El control de cámara permite tomar imágenes y añadir filtros casi al instante. No se mantienen al margen de la fiebre selfie. Al contrario, la cámara frontal es de cinco megapíxeles, mientras que la trasera se queda en 16, pero con interesantes matices, un modo para luz escasa, sin flash, por superposición de imágenes y disparo ultrarrápido.
La batería es el punto más débil de cualquier móvil, especialmente los de pantalla generosa, como este de 5,1 pulgadas. “No podemos hacer la batería que nunca se acaba, pero sí la que carga más rápido de la industria”, insistieron. Esto se traduce en cuatro horas de uso con solo 10 minutos de carga. “El doble de rápido que el iPhone 6”, subrayó el directivo. La gran novedad que incluyen es la carga inalámbrica. Su plan pasa por cerrar acuerdos con cafeterías y restaurantes para que esta tecnología se convierta en una norma que diga adiós al cargador.
Samsung Pay es un intento de igualar a Apple en pago móvil. Su sistema usará la tecnología NFC, un chip que ya quiso utilizar Google para popularizar el uso del teléfono como cartera. “Ningún dato se guarda en el móvil, tampoco en los servidores de Samsung”. Visa, American Express, Visa, Chase, Bank of America son algunos de los aliados. En EE UU comenzará a funcionar en verano.
A pesar del foco en el mercado de consumo, hubo referencias al deseado sector profesional. Desvelaron la integración con varias plataformas de datos, pero no hubo ocasión, seguramente tampoco ganas, de romper la teatralidad con algo tan burdo como el dinero. No se sabe el precio. Tampoco hicieron referencia a uno de los cambios más relevantes de esta nueva generación, se prescinde del procesador de Qualcomm, líder en el sector móvil. A diferencia del año pasado, solo se habló de estos modelos, nada de pulseras o complementos. [elpaís]