Las ondas originan burbujas microscópicas de alta presión. Al implosionar, las burbujas producen microchorros de corrientes líquidas que “desprenden” la suciedad del tejido. Así no necesitamos ni jabón, ni tampoco lavadora: solo tirar este dispositivo a un cubo de agua con la ropa sucia, enchufarlo y esperar un rato.
Solo es un prototipo que está recaudando mucho dinero mediante crowfunding en Indiegogo, con un precio de 89 dólares para sus primeros inversores. Pero muy pronto podría ser el aliado indispensable de muchos viajeros, y algunos habitantes de los pisos de estudiantes compartidos particularmente guarretes. De hecho, según su fundadora, Lena Solis, la idea de Dolfy se le ocurrió tras unas cuantas malas experiencias tratando de lavar la ropa a mano estando de viaje.
Vía | Xataka