El usuario utilizó el cronómetro de ambos teléfonos y los sumergió en el agua para comprobar qué dispositivo tardaba más tiempo en dejar de funcionar.
1, 2, 3, 4...y al llegar a los diez segundos el iPhone 6 se apagó. Su pantalla se puso gris y luego pasó al negro.
Sin embargo, el Galaxy parecía demostrar mucha más resistencia. Llegó a los 55 segundos, pero por si esto fuera poco, el teléfono no se apagó, sino que llegó un aviso de que el dispositivo estaba sometido a temperaturas demasiado altas. El tiempo pasaba, recibía hasta golpes pero el teléfono no terminaba de apagarse.
Agua fría
Posteriormente, el usuario les dio a ambos teléfonos un «baño de agua muy fría». Curiosamente, el logo de Apple aparecía en el pantalla del iPhone, mientras que el Samsung se apagaba finalmente. [abc]
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