Se trata de un experimento, desarrollado por físicos de la Australian National University (ANU) y de The University of New South Wales Canberra (UNSWC) en la Australian Defence Force Academy (ADFA) cuyos resultados se dieron a conocer el pasado 16 de mayo en el boletín electrónico de la ANU. Estos investigadores crearon un gas extremadamente frío que atraparon en un rayo láser, conocido como "condesado Bose-Einstein", replicando el experimento con el que se ganó el Premio Nobel en el 2001.
"No esperaba que la máquina pudiera aprender a realizar el experimento, desde cero, en una hora", dijo asombrado el investigador co-líder, Paul Wigley de la Research School of Physics and Engineering en la ANU.
"Un programa de computadora relativamente sencillo hubiera tomado más tiempo que la edad de la Universidad para revisar todas las combinaciones y resolver el problema".
Los condensados de Bose-Einstein son uno de los lugares más fríos del Universo, mucho más frío que el espacio sideral, típicamente menos que un billonésima (1x10-12) de grado arriba del cero absoluto.
Este material se pueden utilizar para exploración minera o sistemas de navegación porque son extremadamente sensitivos a disturbios externos, lo que les permite hacer medidas muy precisas, como detectar pequeños cambios en el campo magnético o la gravedad de la Tierra.
La habilidad del sistema de inteligencia artificial de ajustarse rápidamente, cada mañana, por sí mismo y compensar cualquier fluctuación que hubiere ocurrido en la noche hace que esta frágil tecnología sea mucho más útil, por ejemplo para utilizarla para tomar medidas de campo, explicó el co-líder de la investigación, Dr. Micahel Hush de la UNSW ADFA.
"Podemos construir un equipo funcional para medir la gravedad que puede llevar atrás de su auto, y el programa de inteligencia artificial lo recalibrará y lo ajustará sin importar lo que pase", agregó.
"Es más barato que tomar a su físico de confianza para llevarlo a todos lados con usted".
El grupo de investigación enfrió el gas a cerca de 1 microkelvin, y luego pasó el control de los tres rayos láser al programa de inteligencia artificial para enfriar el gas atrapado hasta cerca de un nanokelvin.
Los investigadores se sorprendieron del método que el sistemas utilizó para disminuir la potencia de los láseres.
"Hizo cosas que a una persona no se le ocurrirían, tales como incrementar y disminuir la potencia de uno de los láseres y compensarlo con el otro", dijo el Sr. Wigley.
"Este sistema podría ser capaz de dar soluciones muy complejas que los humanos no han pensado, en este caso utilizado para decrementar aún más la temperatura y para hacer mediciones más precisas".
La nueva técnica nos llevará a mejorar e incrementar el tamaño de nuestros experimentos, indicó el Dr. Hush.
"Por lo pronto, estamos planeando emplear la inteligencia artificial para construir un condesado Bose-Einstein mucho más rápido que lo que se ha visto hasta ahora", concluyó.
Los resultados de la investigación se publicaron en "Nature group journal Scientific Reports".
Fuente: www.fau.edu/newsdesk