Se acercan los últimos meses del año y con ello las fiestas tradicionales de Día de Muertos en México, las cuales fueron inscritas a la lista de patrimonio mundial de la UNESCO, como una forma de conservar los usos, costumbres y tradiciones de estos días.
Estos meses, los campos de cultivo de varias zonas del estado de Morelos se pintan de amarillo y naranja, a borde de carretera se pueden disfrutar de estos paisajes en Jantetelco, Axochiapan, Tapalcingo, Tepoztlán, Jiutepec, Amayuca, Jonacatepec entre otros.
Los agricultores morelenses trabajan durante varios meses para cultivar y cosechar miles de flores de cempasúchil que durante esta semana adornarán ofrendas, panteones, catrinas, caminos de luz que en algunos pueblos atraviesan todas las calles hasta llegar al cementerio y todas aquellas actividades culturales de este Día de Muertos. El inicio del cultivo de estas flores de cempasúchil y su inseparable flor de terciopelo es en el mes de julio, y concluye los tres primeros días del mes de noviembre.
En las ciudades, la flor de cempasúchil adorna fuentes, camellones, jardineras, plazas comerciales, casas, balcones, hoteles, restaurantes y todos los lugares turísticos, así como también forman parte de los concursos de ofrendas escolares, altares y ofrendas en las oficinas.
La zona oriente es la principal región que se dedica al cultivo de tan preciada flor. En el municipio de Cuautla, particularmente en la localidad de Tlayecac, los trabajadores del campo comercializan sus flores por mil trescientos pesos por zurco, siempre y cuando el comprador lo corte viviendo así la experiencia de hacerlo con sus propias manos, en caso de que el comprador quiera la flor ya cortada el costo aumenta ciento cincuenta pesos más.
Son decenas de hectáreas de flor de cempasúchil y terciopelo las que dan un colorido muy especial al paisaje natural de estas temporadas. Es por ello que los campos de cempasúchil pueden convertirse también en un atractivo importante para los turistas que visitan nuestro estado, principalmente para aquellos amantes de capturar hermosos paisajes a través de la fotografía o bien como sitios instagrameables.
La flor de Cempasúchil, más que un producto de venta, es un elemento de gran importancia para nuestra identidad cultural, y nuestro hermoso estado de Morelos, pintado de amarillo, un actor fundamental para conservar nuestras tradiciones ancestrales y coloridas.
TEXTO:
LAURA GÓMEZ GARCÍA Y OMAR PANIAGUA SOTELO
PROFESORES DE LA ESCUELA DE TURISMO UAEM
FOTOGRAFÍAS:
ENRIQUE ORTIZ Y FERNANDO RUIZ