Hay que revisar bien lo que acontece en el legislativo, inmerso en un frenético trabajo que justifique la improductividad de los últimos 22 meses. Lo hacen y con calma sabremos qué bueno y qué malo resulta. La cosa es que están trabajando fuerte.
Decimos que se revise lo del cambio de estafeta, porque pudiese ser cortina de humo en un tema que ya está arreglado con anticipación. Se avecina un conflicto de intereses al interior del PRD, porque la presidencia de la Junta Política no es cualquier cosa. Los diputados Rabindranath Salazar Solorio, Fidel Demédicis y Hortensia Figueroa Peralta se obligan a aclarar las dudas, porque en juego están sus propias carreras políticas, debido a que cada uno de ellos tiene aspiraciones inmediatas. Los dos últimos (Hortensia y Fidel) de elección popular, en tanto que Rabindranath se conformaría conque no creciera el escándalo casi probado de sus malos manejos como alcalde de Jiutepec. Más allá de lo tan publicitado que aspira a ser candidato a gobernador o de perdida diputado federal. Su realidad –que la conocen sus compañeros de bancada que no es lo mismo que sus amigos porque cada cual camina por su lado— es salir avante del desaseo en su comportamiento público que, hasta el momento, ha quedado impune. Primero lo primero.
Que el PRI quiere permanecer en la Junta Política, que el aspirante es el discreto cuautlense Andrés González García. Que el PAN no tiene problema en que a Luis Miguel Ramírez lo suceda el PRI, o que Rabín está cómodo en la presidencia de la Comisión de Hacienda porque desde ahí asegura su propia tranquilidad. Las semanas anteriores daban como un hecho que diputados exigirían el cambio de Rabín de la comisión hacendaria, mencionaban que no podía ser juez y parte, que es él (Salazar) el ex presidente con mayor dinero qué comprobar, que por ello diseñaron perversamente la estrategia de corretear a otros, de gritar “allá van los ladrones”, cuando el que encabeza la corretiza y va al frente de la turba lleva puesto el antifaz y cometió la fechoría. Claro, no se exculpa de facto a los que han mencionado, extrañamente “plurales”, lo que lo hace múltiplemente extraño: Jesús Giles del PAN en Cuernavaca, Sergio Valdespín por el PAN –aunque nunca ha sido de este partido—en Cuautla y el de Zacatepec, Gustavo Rebolledo del PRI. Faltaría para que “hablara la democracia” un perredista. Hay uno, le prueban sus excesos pero preside la Comisión de Hacienda. Es Rabindranath.
Esta complicación da fuerza a que el PRI va a presidir la junta el tercer año, no por su mayoría de 16 –15 más el diputado del tocayo López, el llamado Rufo--, tampoco porque han hecho una relación de intereses con el PAN una y más veces, la parte mayor dejando sombras de que hubo dinero en los pasillos del Congreso, en los bolsillos de ciertos legisladores y nuevos estatus.
Quién queda a prueba? El PRD y su fracción. Parece que entregan la plaza antes de la batalla y eso va a ser una factura carísima en su futuro político inmediato. Hortensia y Fidel tienen chance de librarla y seguir con sus aspiraciones aun magulladas, pero a Rabín lo van a tener que descartar. Primero tiene que enfrentar la acción de la justicia si es que ésta no va a ser violada por enésima ocasión.
No son inventos: la ASF que paradójica y terriblemente depende de la comisión donde el secretario Fernando Martínez Cue parece también estar de acuerdo que no se haga nada, ha colocado la mirilla del fusil en varias direcciones, cuando el trofeo especial lo tiene pegadito, dejándolos inmóviles. ¿Alguien cree que la aplicación de la justicia financiera o la transparencia existe? Que siga este caso.