Al oriente del estado de Morelos, a 45 minutos de la capital y dentro del municipio de Jantetelco, se encuentra una localidad con un pasado histórico y natural único que resalta en la zona; hablamos de Chalcatzingo.
En este lugar se encuentra una de las zonas arqueológicas abiertas al público más importantes del centro del país y emblema de la cultura Olmeca, la madre de todas las culturas mesoamericanas. La peculiaridad de este lugar, a diferencia de otros sitios arqueológicos, son los majestuosos monumentos tallados que a través de sus relieves representan una iconografía de la cultura que se asentó en el lugar, el más claro ejemplo de esta técnica, que hace poco cobró relevancia a nivel mundial es el monumento 9 o mejor conocido como ‘’Portal del inframundo’’, pieza que fue devuelta a su lugar de origen después de medio siglo de estar fuera del país.
Además de su relevancia histórica y cultural, Chalcatzingo nos ofrece un sinfín de actividades turísticas para disfrutar de la biodiversidad que rodea a la localidad; entre estas, el senderismo, una actividad perteneciente al turismo de naturaleza y que se puede realizar para disfrutar de increíbles amaneceres y atardeceres desde lo alto del cerro de Chalcatzingo, también conocido como cerro gordo.
Para disfrutar de esta experiencia lo ideal es pasar la noche en alguno de los hospedajes que se ofertan en la comunidad; uno de los más completos es el centro ecoturístico Piedra Rajada, un proyecto de turismo comunitario que originalmente inició administrado únicamente por mujeres indígenas de los pueblos de la zona. Dentro de los servicios que ofrece este centro ecoturístico se encuentra hospedaje en cabañas, camping, restaurante con comida tradicional de la región, zonas de esparcimiento, tienda de artesanías y servicio de guías locales que podrán orientarte según tus necesidades.
Iniciamos nuestro recorrido un par de horas antes del amanecer, con el objetivo de poder apreciar la salida del sol desde lo más alto del cerro de Chalcatzingo. Nuestro trayecto inició desde el centro ecoturístico pasando por campos de cultivo para posteriormente comenzar el ascenso por un sendero entre el cerro gordo y el cerro delgado, observando durante nuestro camino el increíble cielo estrellado lejos de la contaminación de la ciudad y escuchando el canto de las aves. Después de aproximadamente una hora de ascenso a paso moderado llegamos a la cima, donde pudimos apreciar uno de los paisajes y vistas más privilegiadas que tiene el estado de Morelos, desde admirar la salida del sol hasta contemplar algunos de los volcanes más emblemáticos de México, como el Popocatépetl y el Pico de Orizaba, que pueden llegarse a visualizar solo si las nubes y el clima lo permiten. Al descender, se puede apreciar la flora característica del lugar que nos ofrece un paisaje como muy pocos, ya sea durante la temporada de lluvias o la temporada de secas.
Actividades como el senderismo pueden replicarse en varios sitios del estado de Morelos y, con ello, aprovechar la riqueza de los paisajes que nos rodea; así mismo poder desarrollar productos turísticos que integren este tipo de prácticas, que en años recientes se han vuelto ideales para mejorar la salud y el bienestar de las personas que lo realizan.
TEXTO Y FOTOGRAFÍAS: ANA MACHORRO ONOFRE Y FERNANDO RUIZ