Un informe realizado por la Fundación Mapfre y la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria titulado “Accidentes de la población infantil española”, nos deja el dato de que el 9,1 % de los menores de 12 años se quedan solos en casa en algún momento y de estos, el 5% tienen menos de cuatro años. Hasta bebés de menos de un año se quedan solos en casa.
Desde el punto de vista legal, no hay ninguna ley que establezca la edad mínima a la que un menor puede quedarse en casa sin supervisión. Sin embargo, la familia puede ser sancionada e incluso podrían actuar los servicios sociales si consideran que el niño está en situación de riesgo por pasar demasiado tiempo solo.
¿Cómo saber si está preparado?
Dicho esto, no hay una edad específica a partir de la cual se puede dejar a los niños solos en casa porque cada niño tiene su propio nivel de madurez independientemente de su edad, aunque los expertos sugieren por lo menos haya cumplido los diez años. Hay niños que a esa edad están preparados y otros que no, por lo tanto son los padres quienes deben valorar cuál es la edad adecuada para dejar a sus niños solos en casa, algo que generalmente suele ocurrir por primera vez entre los 10 y los 13 años.
Mi hija de diez años está más preparada para quedarse sola que su hermana de doce. De hecho, solo se han quedado una vez solas durante 15 minutos y ha sido la menor la que mejor lo ha llevado.
Algunas cuestiones a tener en cuenta para saber si el niño está preparado:
- ¿Cómo se maneja ante situaciones imprevistas? Imaginemos que sucede algo en casa como que se rompa algo o alguien toque el timbre justo en el momento en que salimos. El niño debe estar preparado para gestionar con madurez y autonomía situaciones fuera de lo habitual.
- ¿Es responsable? La responsabilidad viene de la mano de la madurez. ¿Es un niño lo suficientemente responsable? ¿Cómo se comporta en casa cuando estáis vosotros?
- ¿Ha estado solo en su habitación durante periodos largos de tiempo? Los niños pueden sentirse desprotegidos al quedarse solos de repente, por lo que conviene que esté acostumbrado a quedarse solo en su habitación o en sitios donde no está con el resto de la familia. La independencia y la autonomía es algo que se fomentando poco a poco.
- ¿Es temeroso? Hay niños que sienten miedo de estar solos dentro de su propia casa, en su habitación o en otra planta, por lo que conviene ir acostumbrándolos a estar solos hasta que estén listos para dejarlos.
Qué tener en cuenta antes de dejarlos solos
- Seguridad: hay que explicarles algunas cuestiones básicas relacionadas con la seguridad del hogar como no encender fuego, no jugar en terrazas ni balcones, mantener las puertas cerradas, etc. No conviene tampoco que se queden solos mientras se duchan ni manejando ningún aparato eléctrico.
- No meterles miedo: es importante hacerles saber los peligros que puede haber, pero sin meterles miedo. Dale confianza y hazlo sentir responsable.
- Empezar poco a poco: empieza con periodos cortos de tiempo para que el niño se vaya acostumbrando a estar solo. Diez o quince minutos en los que sales a hacer un recado, por ejemplo. No dejes a ningún hermano menor a cargo, al menos al principio, hasta asegurarte de que está preparado para cuidarlo con responsabilidad. Con el tiempo, viendo cómo se ha sentido y en la medida en la que vaya adquiriendo confianza, podréis ir extendiendo el tiempo.
- Enséñale cómo actuar ante situaciones de emergencia. Déjale a mano el teléfono de la vecina, de familiares, de la policía, de emergencias, etc. Por supuesto, también déjale a mano tu número de teléfono. Explícale como funciona la alarma, si es que tenéis y todo lo que deba saber sobre el funcionamiento de la casa.
- Si tiene móvil, podéis hablar o enviarle mensajes para saber que va todo bien. Dile dónde estás y a qué hora volverás para que se haga a la idea sin sentir ansiedad.
- Una buena idea al principio es dejar al niño ocupado en algo (haciendo sus deberes, viendo la tele o jugando en el salón, por ejemplo). Una actividad que lo mantenga distraído y no tenga necesidad de andar moviéndose por la casa, especialmente si ésta es muy grande. Les puede dar miedo tener que subir y bajar escaleras o recorrer demasiada distancia solo.