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El papel del padre en el parto: la madre y el bebé te necesitan

Lola Rovati
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Afortunadamente, atrás quedaron aquellos tiempos en los que el padre aguardaba el nacimiento de su heredero desde el otro lado de la puerta mientras fumaba un puro tras otro y caminaba como león enjaulado. Antes el parto era cosa de mujeres y los hombres no tenían cabida en ese ritual.

El papel del padre en el parto ha evolucionado en los últimos años y hoy en día puede presenciar el nacimiento de su hijo, no como mero expectador sino involucrado en el proceso, apoyando a la madre y siendo partícipe de uno de los momentos más especiales de su vida.

Presente desde las clases de preparación al parto

El hombre no comienza a ejercer de padre cuando nace el bebé, sino desde que la pareja se entera que están esperando un bebé. Su papel en el embarazo también es fundamental, tanto como apoyo para la futura mamá como para comenzar a establecer un vínculo afectivo con el bebé dentro del vientre materno.

Las clases de preparación al parto son una oportunidad ideal para que ambos aprendan sobre la fisiología del parto, los cuidados del bebé, y también compartir la experiencia con otras parejas que están en nuestra misma situación.

Estar informado de antemano, aunque más no sea para los padres primerizos saberse la teoría sobre lo que sucederá en el momento del parto, ayudará a tener el camino allanado cuando se produzca.

Cómo actuar en el momento de la verdad

Desde que comienzan las primeras contracciones de parto, el padre es un apoyo muy necesario para la mujer. Puede ayudarla a sobrellevar el periodo de dilatación, acompañándola, aliviando los dolores con masajes y ofreciéndole lo que pueda necesitar en cada momento, tanto en casa como en el hospital.

Lo deseable es que sea él quien se ocupe además de las cuestiones logísticas y organizativas como asegurarse de que llevas el bolso al hospital, saber de antemano el camino que haréis, llevar la documentación necesaria y completar el papeleo requerido.

Aunque la mayoría de las mujeres prefiere la compañía de su pareja en el momento del parto, algunas eligen a su madre, hermana o solamente la matrona como acompañantes. Si es el caso, lo conveniente sería hablarlo con anticipación para que el padre no se sienta relegado y pueda comprender las razones de su pareja.

En el momento del nacimiento, si bien es la mujer quien lo vive físicamente, para ambos es una experiencia muy fuerte desde el punto de vista emocional. El parto también es suyo. La unión que se siente con la pareja en ese momento es difícil de explicar para quienes lo hemos vivido. Ver y sentir nacer a un hijo es una vivencia que no se olvidará jamás, la máxima expresión de amor, la de haber dado vida.

La participación activa del hombre dependerá mucho de dónde y cómo se produzca el parto. Puede llegar a sentirse algo perdido con respecto a cómo ayudar a su mujer, pero actuar con seguridad, cariño y animarla será la mejor forma de hacerlo.

Si dispone de libertad de movimientos, el hombre puede sostenerla, dejar que ella se cuelgue de sus brazos o sujetarla en las posiciones que ella vaya adoptando, siempre que ella lo desee. Hay mujeres que prefieren que ni se las toque.

Un instante muy bonito que puede protagonizar el padre es la posibilidad de cortar el cordón umbilical, un modo más de implicarse en la llegada del bebé. Simboliza la unión que han mantenido madre e hijo, medio por el cual ha recibido oxígeno a través de la madre hasta que al nacer hace su primera respiración.

Durante sus primeras horas de vida, el bebé te necesita

Una vez que el bebé nace, lo primero que necesita es el contacto físico con su madre. No debe ser separado de su lado. Lo ideal es que los primeros chequeos como medirlo y pesarlo esperen si el bebé está sano, aunque normalmente se realizan en la propia sala de partos, o si se lleva al niño a una sala contigua, sea el padre quien acompañe al bebé en esta primera revisión.

El contacto piel con piel es fundamental para el recién nacido y el padre también puede ayudar en esto, así como a facilitar el establecimiento precoz de la lactancia materna.

Cuando tenga oportunidad, una vez estén tranquilos, el padre también puede practicar el contacto piel con piel con el bebé, y por supuesto, puede reemplazar a la madre si ésta no puede hacerlo en un primer momento. Consiste en mantener contacto directo con el niño mientras lo acoge en su pecho desnudo para trasmitirle calor, protección y afecto.

Los primeros días después del nacimiento, padre e hijo irán conociéndose poco a poco. Sus caricias, sus brazos y sus palabras contribuirán a que se establezca entre ellos un vínculo muy especial.

Como ves, el papel del padre en el parto es fundamental para la madre y el bebé. Ambos necesitan de su apoyo y cariño en un momento tan especial.

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