Uno de los tantos temores en los que no pensamos hasta que nacen nuestros hijos, es el que se nos caigan de la cama.
Y si eres mamá o papá solo hay dos opciones: o nunca se ha caído tu hijo o ya se te cayó. Es algo que tarde o temprano nos pasa a los papás y que puede ocurrir durante los primeros meses o hasta los cuatro o cinco años de edad.
Así que independientemente del grupo en el que estés, te comparto algunos consejos y recomendaciones para evitar que tu hijo se caiga de la cama.
De recién nacido a los primeros meses
Conforme va creciendo tu bebé, sus necesidades van cambiando y debemos ir adaptando muchas cosas en casa, incluyendo el lugar donde duerme. Regularmente durante los primeros meses no se batalla mucho con esto pues la mayoría de los niños duermen en un moisés o cuna.
Durante estas etapas ambos lugares son seguros pues en el caso del moisés, solo se usa los primeros meses en los que el bebé no se mueve prácticamente nada y no es capaz aún de girar. En el caso de la cuna igual, rodeado de barrotes no hay muchos lugares a dónde ir, pero debemos asegurarnos que sea una cuna segura.
Es importante tener en cuenta que la cuna no debe ser utilizada más allá de cierta edad, pues llega una etapa en el que a los niños les da por ser escapistas y corren el riesgo de hacerse daño intentando salir de ella.
¿Y si hacemos colecho?
En el caso del colecho, lo recomendable es utilizar al principio una cuna especial para hacerlo, pues comenzar durmiendo entre los padres no es lo más seguro.
Otra opción para comenzar, es pegar la cama a la pared o ponerle alguna especie de barrera en la orilla y que el bebé duerma entre ella y la mamá. De esta manera, el bebé estará protegido y una caída será menos probable. Recuerda que el colecho es seguro siempre y cuando se haga de manera responsable.
Cuando comienza a girarse y/o gatear
El momento en que el bebé comienza a dar señales de empezar a practicar los giros, es cuando debemos adecuar el lugar de dormir para que no nos tome por sorpresa el día o noche que logre hacerlo. En esta etapa es importante tomar precaución también cuando le colocamos en alguna superficie alta para cambiarle el pañal o cuando lo llevamos a una revisión médica, nunca debemos darle la espalda.
Para los bebés que duermen en cuna no hay problema pues siguen estando protegidos. Sin embargo, en el caso de colecho sí debemos tomar algunas precauciones.
Podemos utilizar barandas que puedan acoplarse a la cama o comenzar a acostarlo en medio de mamá y papá. Dejar la cama pegada a la pared es también una excelente opción, sin embargo debemos considerar colocar una barrera a los pies de la cama, por aquello de que el bebé gatee o haga movimientos locos durante la noche que le lleven hasta la parte inferior de la cama.
Otra opción es colocar una toalla enrollada debajo del colchón en una de las orillas para que éste quede ligeramente inclinado. De este modo, no le será posible girarse hacia la orilla, solo hay que cuidar que no esté demasiado levantado.
De la cuna a la camita individual
Llegado el momento de pasarle a la camita individual, las cosas suelen ser más fáciles ya que las camas para niños suelen ser más bajitas y la mayoría tiene barandas que pueden quitarse cuando el niño sea mayor.
Una opción que también funciona en las distintas etapas antes mencionadas, es colocar el colchón en el piso. De este modo la caída no será tan grave, además de que podemos colocar algunos cojines para que no se golpeen contra el piso.
No nos confiemos porque les veamos seguros
Aunque algunos accidentes ocurren cuando los niños duermen, giran y se caen, otros suceden cuando estamos en un día normal en la habitación con nuestro hijo en la cama o el cambiador. Un error que cometemos muchos padres (y me incluyo porque nos pasó la primera vez que se cayó nuestra hija), es que cuando nuestros hijos ya se sientan por ratos, podemos pensar que no pasa nada si nos volteamos unos segundos a tomar algo.
En menos de un segundo los niños se mueven veloces y terminan cayéndose al piso, por lo que es importante que no nos confiemos ni les perdamos de vista. Si necesitamos tomar algo lo mejor que esté a más de un brazo de distancia, lo mejor será llevarlos en brazos o colocarlos en el piso para evitar que suceda algún accidente.
¿Qué medidas tomas tú para prevenir este tipo de accidentes?