El verano está llegando a su fin y pronto tocará volver al cole, a los horarios y las rutinas. Han sido más de dos meses de vacaciones, en la que los niños han disfrutado en familia, han jugado, han hecho un sinfín de actividades y han asistido a campamentos.
Pero es probable que también hayan pasado tiempo delante de las pantallas; más incluso del que nos gustaría. La libertad de horarios y la necesidad de los padres de descansar o tener una sobremesa tranquila puede haber convertido a los móviles y tabletas en amigos inseparables de nuestros hijos y ahora toca "desengancharse".
"Te dejo la tablet, ¡pero sólo un ratito!"
Seguro que al inicio de verano preparamos entusiasmados un montón de planes para hacer con nuestros hijos: actividades, excursiones, juegos al aire libre o en casa. Todo, con el único fin de que se entretuvieran y disfrutaran como se merecen de sus vacaciones.
Pero puede que haya llegado un momento en que para ellos, los días han comenzado a hacerse demasiado largos y nos repitan una y otra vez aquello de: "Mamá, me aburro. ¿Me dejas la tablet un ratito?". Y quizá nosotros, por agradarles o conseguir un momento de relax, hayamos cedido.
Puede también que estemos tan cansados que necesitemos echarnos una siesta, dormir un poco más por las mañanas o, simplemente, disfrutar de una comida o una sobremesa de forma relajada. Y de nuevo la televisión, el móvil o la tablet salen a la palestra.
Y es que, aunque sepamos que no es lo más recomendable para los niños, es difícil no caer en la tentación de dejarles un dispositivo móvil si eso nos va a reportar un ratito de descanso, a pesar de que luego nos sintamos tremendamente culpables.
EN VERANO EL USO DE PANTALLAS POR PARTE DE LOS NIÑOS AUMENTA CONSIDERABLEMENTE CON RESPECTO AL RESTO DEL AÑO, EN DONDE LA MAYOR PARTE DEL TIEMPO SE LO PASAN EN EL COLEGIO O REALIZANDO EXTRAESCOLARES.
Si esto ocurre de forma aislada y durante breves periodos de tiempo, no tendría porqué existir ningun problema. Pero si este tipo de situaciones se vuelven cotidianas o si el niño llega a pasar varias horas delante de las pantallas, podríamos encontrarnos con un problema de adicción
¿Cómo saber si mi hijo se ha vuelto adicto a las pantallas?
Haciendo un uso responsable de las tecnologías y combinándolas con otras actividades y con deporte físico, no habría problemas en que los niños recurrieran a móviles, tabletas o televisión en momentos puntuales.
Aún así, la Asociación Americana de Pediatría marca los 18 meses como el límite por debajo del cual los niños no deberían tener acceso a las pantallas, y sugiere que en niños de entre dos a cinco años el uso se limite a una hora al día.
Pero si de forma continuada nos saltamos estas recomendaciones hechas por los expertos y extralimitamos en exceso el uso de la tecnología, podríamos encontrarnos, ¡casi sin darnos cuenta!, con un grave caso de adicción que podría presentar, entre otras, estas características:
--> Nuestro hijo llora desconsoladamente si no le dejamos el móvil o se lo retiramos
--> Sufre una pataleta al quedarse sin batería o conexión
--> No es capaz de comer, vestirse, asearse o realizar cualquier otra actividad cotidiana si no tiene la tablet o el móvil como incentivo
--> Pierde interés por el juego, el deporte, la lectura o cualquier otro pasatiempo que no esté vinculado a las pantallas
--> Por ejemplo, es incapaz de esperar tranquilo a que le sirvan la comida si no tiene entre manos un smartphone o una tablet
--> Su comportamiento o calidad de sueño comienzan a alterarse
Consejos para "desengancharles" de las pantallas
Si efectivamente detectamos que existe un problema y que nuestro hijo está "enganchado" a las pantallas, quizá sea necesaria la ayuda profesional, sobre todo si estamos hablando de adolescentes para quienes, la retirada del móvil, podría suponer ciertos problemas familiares o de conducta, como alerta el psicólogo Andrés Cánovas.
Si hemos decidido tomar la medida de limitar su uso diario o tiempo de juego, lo mejor es que los padres seamos los responsables de ese iPad, teléfono u ordenador, de manera que cuando nuestro hijo quiera jugar deba pedirnos permiso. Si, por el contrario, los dispositivos electrónicos están a su alcance, podrá hacer uso de ellos cuando quiera sin que tengamos constancia del tiempo que permanece enganchado.
Pero, si consideramos que la tablet o cualquier otro dispositivo se han convertido en un serio problema para nuestros hijos, tendremos que proceder a "desengancharles" retirándoles, temporalmente, las pantallas.
Este artículo publicado en The New York Post y escrito por el Doctor Nicholas Kardaras, autor del libro "Cómo la adicción a la pantalla está secuestrando a nuestros hijos y cómo romper el trance", explica a través de un caso real, qué hacer para "desintoxicar" digitalmente a nuestros hijos.
Por otro lado, es conveniente que ofrezcamos a los niños alternativas a las pantallas, sustituyéndolas por otro tipo de actividades y juegos. Cambiemos la televisión por el deporte, los juegos digitales por juegos de mesa, puzzles o manualidades, y los iPad por los libros.
Es decir, no se trata de quitarles el iPad sin más, sino de mostrarles la cantidad de opciones para divertirse que tienen a su alcance. Si conseguimos que vuelvan a mostrar interés por el deporte, la lectura o cualquier otra actividad, habremos conseguido dar un importante paso.
También es fundamental que hablemos con nuestros hijos y les expliquemos porqué les estamos limitando el uso de las pantallas. Pero, para ello, es importante que demos ejemplo dejando el móvil de lado. Aprovechemos las comidas y cenas en familia para charlar entre todos sin la interrupción de una televisión puesta, y apostemos por la comunicación libre de aparatos tecnológicos que tanto daño hacen a veces impidiendo el contacto y el tiempo de calidad junto a los nuestros.