El aspecto distinguido del whisky le ha generado el mito de ser una bebida anticuada y cara que solamente toman los viejos millonarios en sus pijamas de seda sentados frente a la chimenea en sus mansiones, pero nada puede estar más lejos de la verdad, en realidad, el whisky tiene ventajas que podemos disfrutar todos.
Con más de seiscientos años de historia, el whisky tiene de todo: mezclas deliciosas, estilo único y hasta un pretexto para irte a celebrar. Olvídate de los estereotipos y aprovecha todos los beneficios que esta "agua de vida" originaria del país de los pelirrojos y unicornios le brinda a quienes se atreven a disfrutarla.
Tiene su propio día
Escocia nos ha dado de todo, desde el inventor del teléfono, la anestesia y hasta la bicicleta de pedales; ahora es momento de celebrar una de sus aportaciones más afortunadas al mundo: el whisky escocés. Desde el año pasado, el 8 de febrero se convirtió en el Día Internacional del Whisky con celebraciones en bares, destilerías, y eventos especiales. Este año será aún más grande y puedes celebrarlo tú también como un verdadero escocés y no, no es necesario que vistas una falda, con beber un whisky escocés doble en un vaso bien frío basta.
No es caro
Una botella de 250 ml se puede encontrar en alrededor de 200 pesos. Por supuesto, también puedes conseguir uno más refinado hasta por 4 mil pesos, como el Blue Label de Johnnie Walker, para una ocasión que verdaderamente lo amerite.
Además, no es una bebida exclusiva que tenga que tomarse sola, hay una mezcla perfecta para cada ocasión. Combinado con café espresso y un toque de maple para ahuyentar el frío, con miel y hojas de menta para los calurosos días de verano, con licor de ciruela y tomillo para celebrar la temporada navideña, con jugo de toronja y un chorro de cerveza durante una salida casual, o, para un viaje a la playa, una Buchanita, con Buchanans y jugo de piña, en fin, el whisky puede disfrutarse cuando sea y como sea.
Contiene poca azúcar
A diferencia de la cerveza, que contiene 7 gramos de carbohidratos y de 150 a 250 calorías, o el vino, tanto blanco como tinto, que contiene hasta 160 calorías por 150 mililitros, el whisky está completamente libre de carbohidratos y contiene muy poca azúcar y grasas, aportando un máximo de 80 calorías por los mismos 150 mililitros. Tiene incluso menos calorías que el tequila y tiene un excelente aroma y sabor, así que no necesitas agregarle refresco u otros mezcladores que añaden carbohidratos indeseados.
Es atemporal
Estamos rodeados por sabores artificiales que resultan en mezclas de saborizantes artificiales que al final nunca parecen ser lo que prometen. Mientras tanto, el proceso de destilación del whisky ha cambiado muy poco desde el siglo XV en el que fue preparado por primera vez por monjes escoceses.
Desde entonces, se ha convertido en el sabor que buscan los paladares más exigentes: desde íconos del heavy metal hasta líderes de la Segunda Guerra Mundial y divas del cine clásico. Al final, no es cuestión de edad o época, es una bebida que sobrepasa las barreras temporales, reuniendo a aquellos que están listos para dar el paso hacia un estilo personal más elegante y particular, acabando con el ‘yo también’ para pasar al, ‘éste soy yo’.