La neurociencia se ha encargado de investigar cómo cambia el cerebro de la mujeral convertirse en madre para cuidar mejor del bebé, desarrollando más la empatíay la afectividad. Debido a su implicación cada vez mayor en la crianza de los hijos, la ciencia ha querido averiguar si también cambia el cerebro del hombre y cómo cambia al convertirse en padre.
Un estudio reciente se ha analizado la influencia de la oxitocina y la vasopresina en las relaciones de los hombres con sus hijos y sus resultados son similares a las investigaciones realizadas en mujeres. Cuanto más se implica el padre en el cuidado de los hijos, menores son las diferencias con los cambios producidos en los cerebros de las madres.
Papá también cuenta... y mucho
Si bien la madre es el referente principal del bebé, porque ha nacido de ella y necesita de su alimento y su protección durante los primeros meses de vida (está claro que las madres tienen un plus, pues están biológicamente programadas para ser madres), las investigaciones apuntan a que los lazos afectivos que se establecen con los hijos no son necesariamente más fuertes en el caso de las madres, sólo por el hecho de ser madres. La interacción y los cuidados del bebé juegan un papel fundamental para fortalecer este vínculo.
Un estudio reciente publicado en la "Hormones and Behavior" muestra el aumento de la oxitocina en regiones del cerebro asociadas con la recompensa y la empatía de los padres que ven fotos de sus niños pequeños. Este experimento se había hecho anteriormente en madres, pero aún no en padres.
Incluso los niveles que se registraron en ellos son muy parecidos a los registrados en las madres, por lo que la brecha entre las funciones femeninas y masculinas en el cuidado de los hijos, se estrecha cada vez más.
LOS PADRES TAMBIÉN SEGREGAN OXITOCINA EN NIVELES SIMILARES A LOS DE LAS MADRES CUANDO INTERACTÚAN CON SUS BEBÉS.
Cambios cerebrales
Recordemos que la oxitocina, conocida como "la hormona del amor" es una hormona muy conocida en nuestro ámbito maternal, ya que es segregada en altísimos niveles durante el parto y también durante la lactancia materna, relacionada con la afectividad. Pero no es exclusiva de las madres, los padres también la segregan en niveles similares a los de las madres cuando unos y otros interactúan con sus bebés.
No cabe duda que se está produciendo una evolución en la paternidad, padres que se vinculan emocionalmente de forma natural con sus hijos. Una adaptación en nuestra especie que la hace superior frente a la mayoría de los mamíferos, en la que el macho actúa como protector de la cría. La paternidad más implicada está cambiando el cerebro de los padres para cuidar de sus hijos.
Según un estudio realizado con 89 padres primerizos por investigadores del Centro de Ciencias del Cerebro Gonda de la Universidad de Bar-Ilan, en Israel, a diferencia de las madres, en la que se muestra mayor actividad en la amígdala cerebral, los padres experimentan más actividad en el surco temporal superior del cerebro, que es una región que es importante para la socialización, que ayuda a interpretar las expresiones faciales, a procesar el habla y a entender cómo nos relacionamos con los demás desde un punto de vista más racional.
La oxitocina como terapia
Al ver que, al convertirse en padres, se producen cambios hormonales en el cerebro de los hombres que pueden facilitar el aumento de la empatía y la motivación para cuidar a sus hijos, se empieza a ver a la oxitocina como posible terapia para tratar la depresión postparto en el hombre.
Aunque se hable mucho más de la depresión postparto en la mujer, los hombres también sufren depresión postparto. Con la llegada de un hijo, ellos también sufren cambios emocionales que afectan su vida cotidiana.
Se cree que cerca del 6% de los hombres pueden padecerla y que cuando más "en forma" hay que estar: la depresión durante el embarazo y en el postparto también afecta a ellos. Las causas pueden ser variadas como sentirse aislado debido a la atención que la mujer brinda al bebé, no sentirse capaz de cuidar al bebé adecuadamente, no cumplir con las exigencias sociales de su entorno o creerse incapaz de asumir la responsabilidad de su nuevo rol de padre.
Según los autores de esta última investigación, el estudio sugiere que "la oxitocina, conocida por desempeñar un papel en la vinculación social, algún día podría ser utilizada para normalizar los déficits en la motivación paterna, como en los hombres que sufren de depresión post-parto".