Aunque por su naturaleza los cactus son muy resistentes a condiciones duras, no significa que no requieran cuidados
Para los amantes de los pequeños cactus muchas veces uno no es suficiente, pues hay tantos tipos que la mayoría quisiera comprarlos casi todos. En ese sentido se han convertido en una de las plantas más populares y versátiles, muy presentes en hogares amplios. Esto se debe a que son muy fáciles de cultivar y cuidar. Además, al acumular agua y nutrientes en sus tejidos, pueden adaptarse sin problemas a terrenos áridos y secos. En el feng shui las plantas atraen energía positiva, pero los cactus son más específicos, ya que su significado es el de la fortaleza, el éxito y el reconocimiento laboral. Por eso, si se tiene uno o varios en casa es recomendable colocarlos al sur, pues aquí se encuentra el punto cardinal de la fama.
También cabe mencionar que son una gran fuente de energía protectora, por lo que mantenerlos afuera es una mejor opción.
Cuidar de ellos no es una ciencia, pero sí se debe tener en cuenta los cuidados básicos que ayudarán a que crezcan sanos y luzcan bien. Porque muchas personas quedan insatisfechas al tener uno por causa de que se les secó o pudrió, eso sólo indica que no se dio un seguimiento de cuidado correcto. Además, es importante averiguar qué tipo de cactus se tiene y todo sobre éste, su nombre, en dónde crecen naturalmente y en qué condiciones. A partir de ello, se puede seguir consejos generales y aplicarlos, pero ¿cuáles son?
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Macetas ideales
Si el cactus está plantado en una maceta de plástico, lo ideal es traspasarlo siempre a una de arcilla barnizada, ya que al ser de barro el agua se evaporará en menos tiempo y no tendrán que regarse tan seguido. Además, el barniz que tienen estas macetas evita que se acumulen posibles sales que ocasionan graves daños a largo plazo. El tamaño debe ser pequeño, de ancho estará bien mientras quepa el cactus y tenga algo de espacio, pero en cuanto a profundidad tiene que ser de 12 cm, pues a estas plantas no les agrada tener sus raíces muy holgadas. Hay que asegurarnos de que la maceta tenga hoyos debajo.
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Sustrato
Como se ha mencionado antes, los cactus crecen naturalmente en suelos áridos, pero si la tierra para cultivarlos es más nutrida, el resultado será que crezcan más vigorosos y cuya floración sea exitosa. Por consiguiente, el sustrato tiene que ofrecer una mayor capacidad de drenaje, es decir, que sea poroso y que además sea rico en nutrientes. En tiendas especializadas en cactus ya venden este tipo de tierra preparada con estas características, junto con fertilizantes. Para su colocación en la maceta debe mezclarse en partes iguales con arena negra. Esto evita que el agua se estanque y por ende se pudra el cactus.
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¿Cómo se traspasa a otra maceta?
Antes de empezar, lo ideal es que se haga en las estaciones de primavera y verano, nunca en inverno, pues el cactus tiene que adaptarse, algo que no hará en temporadas frías. Como tienen espinas hay que usar guantes para evitar accidentes. Al sacarlo de la maceta debemos ser sumamente cuidadosos para no lastimar o romper sus raíces, ya que si esto sucede será más propenso a enfermedades. Posteriormente se debe colocar en la maceta nueva al mismo nivel y no exponerlo a luz directa durante varios días mientras se recupera, así como disminuir su riego.
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Ubicación
Aunque necesiten mucha luz, no significa que deben estar siempre expuestos, pues muchos no soportan los rayos directos del sol. Como regla general, sólo requiere algunas horas del sol al día para crecer. Pero otra manera de saber cuánta luz necesita es guiarse por su apariencia. Por ejemplo, aquellos con muchas espinas son más resistentes al sol, a diferencia de las que no tienen tantas que requieren mayor tiempo en sombra. Los problemas más comunes que se presentan y con los que nos daremos cuenta de qué necesitan ocurren cuando comienzan a tener un aspecto blanco. Esto quiere decir que necesitan un lugar oscuro. Por otro lado, si adelgazan su grosor, deben moverse a la luz directa.
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Riego
Por último pero no menos importante, el riego hay que hacerlo con un atomizador hasta que se note que toda la tierra está bien mojada. Se debe hacer una vez por semana en temporadas cálidas (primavera o verano), cada quince días en otoño y en invierno el riego debe ser disminuido a cada 20 días o 40. Con temperaturas inferiores a 10 ºC no hay que regarlos, pues se corre el riesgo de que se pudran. Cabe señalar que, si nuestro cactus se enferma o tiene alguna plaga, lo ideal es cortar la zona afectada y espolvorear azufre. Así se evitará que de nuevo sea atacada y se recupere.
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Al tener plantas en interiores, debemos asegurarnos de saber todos sus cuidados, ya que al cambiar su hábitat cambia se vuelven más vulnerables a enfermedades. Los lugares que conservan cactus, por ejemplo, siempre siguen una serie de cuidados para preservarlos.