Existen múltiples cuestionamientos que crean más confusión en torno a uno de los temas que más preocupan a mujeres y hombres.
¿Existen los huesos anchos y de verdad son responsables del sobrepeso?
No existen. Claudette Lajam, médico experta en cirugía ortopédica en el NYU Langone Hospital for Joint Diseases y vocera de la Academia Americana de Cirujanos Ortopédicos, señala que las personas corpulentas parece que tienen ‘huesos anchos’ debido al tejido blando y grasoso alrededor de ellos y los músculos, pero que en realidad sus huesos pueden ser incluso pequeños. “Tampoco es una cuestión de la densidad ósea, la cual es una medida de la cantidad de calcio y otros minerales que hay en los huesos, y no tiene nada que ver con lo grandes que son”, afirma.
Somos genética de pies a cabeza: la forma de nuestro cabello, el color de ojos, la forma de labios, las enfermedades que vamos a desarrollar, ciertas actitudes y gestos, nuestra manera de caminar... lo anterior es definido, en cierta medida, por la genética que llevamos en nuestro organismo. Para desgracia de muchos y fortuna de varios, lo mismo pasa con nuestro peso: un cuerpo esbelto o corpulento depende en gran medida de cuestiones hereditarias.
Si tus padres, abuelos o tíos son de complexión delgada, es muy probable que tú también lo seas; caso contrario a los que ven con cierto desánimo que en su familia prevalece la tendencia a engordar.
Sin embargo, estas reglas a veces se rompen. La manera en que nuestro cuerpo resuelve problemas de quema de grasa, el comportamiento del metabolismo y todo lo que conlleva a bajar o subir de peso es algo extremadamente complejo que contempla muchas variables.
Alrededor del tema se han tejido todo tipo de cuentos extraños como el de los 'huesos anchos', a los que muchos arrojan injustamente la culpa del sobrepeso.