La pizza es, sin atisbo de duda, uno de los platos más populares y deliciosos en el mundo entero. Su preparación, que varía desde lo económico hasta lo gourmet, se transforma según la región y cultura, pero siempre manteniendo su esencia.
No obstante, es tanta la versatilidad del alimento que no solo sirve como almuerzo o cena, en ocasiones, podemos ingerirla como desayuno, previamente calentado, por supuesto. Sin embargo, este proceso roba su verdadero sabor y la transforma en un vestigio de lo que supo ser, sobre todo cuando utilizamos el infame microondas. ¡Basta de eso! Con este método disfrutarás de pizzas deliciosas sin importar cuánto tiempo pase desde el primer horneado.
Pasos:
- Coloca la pizza fría en una sartén sin aceite a temperatura media.
- Cocina por dos minutos, hasta que la base esté crocante
- Coloca unas gotas de agua en el sartén, sin que toquen la pizza
- Recubre con la tapa o con algún material térmico y cocina durante otro minuto a fuego bajo
- Retira la pizza y disfruta de un sabor incomparable, en ocasiones, muy superior al original —y no estoy mintiendo—.
Este proceso, elaborado por Food52 y su experto Anthony Falco, quien anteriormente trabajo en Roberta's, una de las pizzerías más populares de Brooklyn, encierra un secreto simple pero fundamental: la hidratación. El calor seco de los primeros minutos ataca la parte baja de la rodaja, lo cual, se complementa (y contrapone) con el vapor generado por las gotas de agua, que penetran en la masa superior de la pizza. Y tú, ¿qué piensas al respecto?