¿Te acuestas con el pelo mojado? ¿Lo cepillas mientras escurre? ¿Lo planchas en seco? ¡Cuidado! Podrías dañarlo más de lo que crees.
¿Quién iba a pensar que cuando Britney Spears usaba una bandada en la cabeza, era para ocultar su calvicie?
Sí, la cantante se rapó en 2007 debido a sus problemas existenciales, su depresión y los desórdenes mentales que le atajaban. Sin embargo, el cambio se debió también a que BS sufría de alopecia por abusar de los productos capilares que ayudaban a mantener su pelo en orden.
Usaba todo tipo de químicos y aditamentos que, sin duda, la dejaban como una reina, pero al mismo tiempo destrozaron su largo y bello pelo. Pero, desafortunadamente, ni eso la salvó del daño ya ocasionado. Tú no cometas los mismos errores que Britney y antes de quedarte pelona (como ella) revisa si cometes alguno de ellos y ponles un freno inmediatamente.
Usas productos con químicos fuertes
Ya sea tu shampoo, el acondicionador o tu crema para peinar. Compra aditamentos naturales o que no contengan amoniaco y semejantes. Recuerda que la mayoría de los productos capilares tienen sulfato y sodio. Lee antes de comprar y, si es necesario, invierte en algo más sano para ti.
Te duermes con el pelo húmedo
Si deseas tomar una ducha por las noches, es mejor que le apliques calor o que esperes a que tu pelo seque solo. Si te acuestas con la cabellera mojada, provocarás calor innecesario en tu cabeza, resequedad y hongos.
Lo secas con la toalla convencional
El agua hace de tu cabello una zona vulnerable y está propenso a caerse; entonces, si frotas y exprimes, incluso si lo envuelves en una toalla convencional, estarás acelerando esa caída, gracias a las fibras y textura de la tela. Usa un trozo de algodón o una t-shirt vieja y da palmadas sobre el pelo para deshacerte del exceso de agua.
Usas calor con frecuencia
No importa que te pongas un protector térmico antes o que uses la plancha o tenazas en seco. El pelo se reseca, lo que ocasiona que las puntas abran, se caigan algunos cabellos y se crespe sin poder controlarlo.
Sales a la calle sin protegerlo
Así como tu piel requiere que uses un bloqueador solar, tu melena también lo necesita. Por ello, puedes rociar un protector térmico antes de salir; con ello, conseguirás que tu pelo se mantenga a salvo de los rayos UV.
Lo peinas muy seguido
Con esto nos referimos a que, con frecuencia, jalas tu cabello, lo forzas o lo presionas. Trata de no hacerlo tan seguido. En su lugar, utiliza alguna crema para peinar y déjalo suelto. Si es muy necesario peinarlo, procura darte un masaje capilar por las noches.
Aplicas los productos desde la raíz
Este error es frecuente, ya que para fijar o mantener tu peinado de manera adecuada, tratas de tener todo bajo control desde cero; no obstante, si pones tu crema, spray o aceites desde la raíz, sólo provocarás que se caiga y se reseque más rápido. Aplica siempre —incluso el shampoo— desde las puntas hasta la mitad del pelo.
Te lavas el cabello seguido
Sabemos que es incómodo llevar la cabeza sin lavar; en especial cuando tienes cabello abundante o muy grueso. Pero si lo lavas cada tercer día es mucho mejor y más sano para ti. Así evitarás caídas, que se produzca grasa y que se opaque el brillo.
Usas el cepillo incorrecto
Cada pelo es diferente, entonces, ¿por qué alguien con pelo chino usaría el mismo cepillo que una lacia? Hay diferentes tipos de peines y cada uno posee una función distinta que debes conocer.
Lo cepillas muy mojado o muy seco
Si pasas tu peine mientras está mojado, desecharás los productos antes aplicados como acondicionadores o cremas. Por otra parte, si está muy seco, podrías quebrar las fibras capilares. Así que lo ideal es esperar a que esté sólo húmedo y darle algunas cepilladas suaves.
No dejes que tu pelo se convierta en una complicación. Es mucho mejor que lo controles y trates de darle un cuidado especial. Lo merece. Sólo recuerda que para mantenerlo sano, no necesitas llenarlo de cosas, sólo lo necesario. Come bien, bebe agua y mantenlo limpio —lo suficiente— y ¡listo! Tendrás una cabellera de ensueño || Vía: CC
