Los seres humanos tenemos hábitos muy raros cuando nos sentimos nerviosos o ansiosos, como mordernos los labios, rascarnos, mordernos las uñas o tronarnos los dedos y esta última tiende a ser muy molesta para las personas a nuestro alrededor por el sonido que produce. ¿Esto es malo para la salud?
Las personas que tienen este raro hábito aseguran que tras tronarse los dedos sienten descanso , pero puede que no sea tan saludable que lo sigas haciendo.
Existen dos teorías sobre si puede llegar a perjudicar nuestra salud o simplemente es molesto. Según expertos en salud, este hábito puede generar desgaste articular o deformación de las manos.
Jesús Mariano de Jesús Virgen de León, que es coordinador clínico de Traumatología del IMSS, comenta que las personas que llevan una vida menos activa, tienden a hacerlo con más frecuencia y sugiere que pueden producir consecuencias a corto plazo como: desgaste articular, dolor excesivo, rigidez o malformación en articulaciones.
Para la ingeniería biomédica, el hacer que los dedos crujen repetidamente durante varios años en teoría podría causar daño en el cartílago que cubre a la articulación, ya que se compara al desgaste mecánico que tienen los propulsores de barcos , aunque esta evidencia no es sólida.
En realidad no se han hecho muchos estudios al respecto, sin embargo uno de los más conocidos incluso ganó el el Ig Nobel en 2009 que son los premios alternativos a trabajos científicos poco convencionales.
¿Pero qué es lo que ocasiona que tenga ese sonido?
Fue el estudio de Donald Unger que era un médico en Estados Unidos que por más de 60 años se tronó los dedos de su mano izquierda al menos dos veces al día, pero no lo hacía en la mano derecha a lo que al examinar sus manos y dedos no halló rastro alguno de artritis.
Según estudios, concluyen que al tronarse los dedos el espacio entre las articulaciones se agrandan y hace que los gases que se disuelven en el líquido sinovial que es un líquido viscoso que se encuentra entre las articulaciones y que las humecta, creando entre ellas pequeñas burbujas.
Estas burbujas se unen para formar unas más grandes, así que cuando ejercemos fuerza en nuestros dedos, estas burbujas explotan, creando así ese característico sonido.