Los cacahuates japoneses son una botana clásica en México, siempre están disponibles en fiestas, bares, reuniones, hasta en el metro y los cruceros cuando hay mucho tráfico, además de contener los nutrientes del maní, tienen un sabor saladito delicioso que nos encanta, además, son una muy buena alternativa para apaciguar el hambre, por eso hoy te diremos más sobre los cacahuates japoneses, revelaremos su realmente son de Japón y de qué están hechos.
Cacahuates japoneses: ¿Realmente son de Japón?
Este alimento tiene una historia muy interesante, sus orígenes se remontan al final de la Segunda Guerra Mundial, temible evento que empujó a muchas personas a buscar refugio fuera de sus países de origen buscando un lugar más seguro dónde vivir.
Heijiro Kato abrió una empresa en México y comenzó a contratar personas, entre ellas Yoshihei Nakatani. Sin embargo, Kato fue considerado un espía del imperio japonés, por lo que el gobierno mexicano ordenó la clausura de su empresa, y junto con otros japoneses importantes en el país lo enviaron en un barco de regreso a Japón.
La compañía clausurada era el almacén El Nuevo Japón, gran competidor de El Palacio de Hierro y Liverpool, y también cerraron la fábrica de botones de concha nácar en la que trabajaba Nakatani.
Cuando Yoshihei Nakatani perdió su trabajo acababa de casarse con una joven mexicana del barrio de La Merced llamada Emma, con quien ya tenía hijos, por lo que la pareja comenzó a vender muéganos, y después, una fritura de trigo y sal a la que llamaron ‘oranda’.
Sin embargo, su mejor idea llegó tiempo después cuando el joven japonés quiso hacer un producto a base de cacahuates, soya y harina de arroz, aunque, al no haber este último producto en México, los sustituyó por harina de trigo.
Así que la respuesta es no, los cacahuates japoneses no nacieron en Japón, comenzaron a comercializarse en la vecindad de la calle de Carretones, barrio de La Merced, donde Nakatani y Emma vivían.
Yoshihei Nakatani y su esposa Emma | Fuente: Twitter @YoshioOficial
El boom de los cacahuates japoneses
Muy pronto Yoshigei y Emma tuvieron pedidos extraordinarios de su botana, la cual distribuían en bolsitas de celofán, incluso los dueños de las dulcerías del mercado de La Merced comenzaron a vender el producto de la pareja.
En 1950, Elvia, la cuarta hija de la pareja, dibujó una geisha por encargo de su papá y esta ilustración fue el primer rostro de los cacahuates japoneses que nombró “Nipón”.
Ante el éxito, otros comerciantes robaron la idea de Yoshigei debido a que éste no lo patentó y comenzaron a venderse en masa. Debido a esto, en los años 80 la marca que le dio origen a esta popular botana quedó relegada debido a la comercialización de otras compañías.