Para muchas personas hacer la limpieza del hogar es una tortura, para otros tantos es liberador y terapéutico, pero lo que es una verdad para todos es que es necesario, pero ¿te has puesto a pensar en que debemos hacerlo para cuando ya no estemos aquí? Bueno, por eso hoy te contaremos qué es una limpieza de muerte, el método de orden en casa para facilitar tu partida.
Cuando un ser querido fallece, una de las cosas más difíciles del proceso del duelo es decidir qué pertenencias del finado hay que tirar y cuáles hay que conservar, y, además del dolor por la pérdida, llegan trámites inesperados que pueden hacer más difícil el proceso, situación que podemos ahorrarles si practicamos el döstädning.
El término döstädning viene de la unión de los vocablos suecos dö (muerte) y städning (limpieza), que consiste en eliminar las cosas innecesarias y acumuladas para no causar problemas y no dejar esa pesada carga a nuestros seres amados una vez que pasemos a mejor vida.
Suena muy crudo y sí lo es, pero es un hecho de la vida y es mejor dejar nuestras cosas bien organizadas, no es necesario tener 90 u 80 años para ponernos a hacer una limpieza de muerte, podemos hacerla de vez en cuando, quizá cada año y revaluar qué conservamos que nos sea realmente útil y qué solo nos está quitando espacio y está acumulando polvo.
Limpieza de muerte, un acto de generosidad
No es necesario pensar en esta limpieza como algo oscuro, tenebroso y frío, es un acto de generosidad para aquellos que se quedarán después de nosotros para hacerles más fáciles las cosas.
Aunque es una práctica vieja, en los últimos años volvió a tomar relevancia gracias al libro ‘The Gentle Art of Swedish Death Cleaning: How to Free Yourself and Your Family from a Lifetime of Clutter’ (El apacible arte de la limpieza de la muerte sueca: cómo liberarte a ti mismo y a tu familia de toda una vida de desorden), el primer libro de Margareta Magnusson, una sueca de “entre 80 y 100 años”, el cual nos invita a preguntarnos antes de conservar algo “¿Será algún conocido más feliz si no tiro esto?”.
“No es justo que tu familia tenga que preocuparse por todas tus cosas”, señala la autora del libro.
No te agobies, no necesitas ser Marie Kondo y deshacerte de todo en unos días, sabemos que puede ser duro decirle “adiós” a tus cosas, toma con calma tu proceso, aunque no con demasiada…
¿Qué vamos a tirar?
Piensa en todo aquello que ya no te sirva, que no uses ni ames, no importa si son vitaminas, manteles, maquillaje, ropa y hasta recibos de nómina, además, si piensas comprar algo nuevo evalúa si lo haces por placer o porque realmente lo necesitas porque el otro ya no sirve o está roto.
Recibos de nómina y tickets a la basura, no dejes que tantos papeles inútiles se mezclen con lo realmente importante como facturas de autos, escrituras y hasta testamentos. Crea un folder, cajita o apartado en el que metas todos tus documentos importantes para hacer más fáciles las cosas después de tu partida, todo lo que creas necesario para que tus seres queridos tengan las cosas fáciles y a la mano en ese difícil momento.
Divide tus cosas por categorías y céntrate en una a la vez, jamás empieces por objetos emocionales como fotografías o te será difícil avanzar. Magnusson aconseja comenzar por la ropa y tomarse un momento para reflexionar luego de terminar de depurar una categoría.
La autora, además, recuerda que lo importante de este proceso es que sea agradable y no debemos caer en la tristeza, según ella, nos daremos cuenta de todo lo que hemos amado, vivido y disfrutado la vida.