Un smartwatch o un reloj inteligente es una forma de tecnología que ha ganando popularidad en los últimos años. Tiene funciones que crean valor y facilitan la vida, pero también pueden ser peligroso y esto es lo que sabemos al respecto.
Suelen incluir acelerómetro, giroscopio, brújula, pulsómetro, barómetro, geolocalizador, altavoz, micrófono, ranura para tarjeta de memoria externa y mucho más.
Es importante limpiarlo, desinfectarlo y darle mantenimiento con regularidad para mantenerlo en óptimas condiciones y sacarle el máximo provecho. Sin embargo, también tiene que usarse con consciencia.
Los 6 riesgos de usar un smartwatch
Los dispositivos inteligentes como el smartwatch provoca radiación, pero ¿puede ser peligrosa? Puede ser de dos fuentes principales: del WiFi y Bluetooth, sin embargo, la radiación no tiene la fuerza suficiente para llegar a dañar al cuerpo humano.
Los peligros de este tipo de dispositivos se relacionan más con cuestiones de privacidad. Las vulnerabilidades son tanto de nivel técnico como a nivel de usuario y estos son los detalles que no debes perder de vista:
Seguridad de los servidores del fabricante. Los datos que los relojes inteligentes almacenan se pueden filtrar y acaban vulnerando nuestra privacidad tarde o temprano.
Permisos sospechosos. Los permisos solicitados por estos dispositivos, que suelen limitarlos para su funcionamiento, pueden ser poco claros. Además, hay que tomar en cuenta las políticas de privacidad pobres o nulas.
Riesgo de espionaje. Nuestros datos personales y nuestra ubicación pueden estar siendo monitoreados por ciberdelincuentes. Y no perdamos de vista que un smartwatch también incluye micrófono y cámara.
Conexiones poco seguras. Es el caso de prácticamente todos los dispositivos con conexión WiFi y Bluetooth, pues casi cualquiera puede entrar al dispositivo y robar nuestros datos.
Información pública. Son muchas las aplicaciones que permiten acceso a otros miembros de la app y la red. De modo que los ciberdelincuentes obtienen datos sensibles de cada usuario.
Medidas de seguridad pobres. Algunos dispositivos cuentan con contraseñas débiles por defecto y funciones como la geolocalización siempre conectada. Abaratan costos, pero queda en juego la seguridad del usuario.
La tecnología no es ni buena ni mala, es un medio un fin, así que usarla de forma inteligente y revisar a detalle sus características y nuestras necesidades es más que suficiente para evitarnos un mal rato.
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