Los contagios por COVID-19 han disminuido, así como las muertes y ocupación hospitalaria por la misma razón; asimismo la mayoría de los habitantes del mundo cuentan con un esquema de vacunación adecuado, pero no podemos cantar victoria, ya que si bien estamos encontrando formas de luchar contra el Coronavirus, hay un padecimiento que nos dejó y que es bastante preocupante: una crisis de salud mental que derivó en agotamiento pandémico.
Sin importar la edad, sexo o profesión, todos estamos expuestos a un cúmulo de emociones que nos mantuvieron en casa por dos años (algunos más, otros menos), además de distanciarnos socialmente de familiares y amigos alcanzando angustia mental y ésta es tan fuerte como la que sufrían o sufren los miembros del ejército luego de la guerra.
Señales del agotamiento pandémico
Desafortunadamente, la mayoría de las personas ya teníamos algún tipo de daño en la salud mental y con la pandemia empezamos a sufrir agotamiento físico, pero el mental fue peor, puesto que vivíamos con el temor de la enfermedad, el miedo a cuidar a los amigos y a la familia y esto nos provocó traumas; asimismo, la frustración se apoderó de cada uno de nosotros puesto que no hay mucho que hacer en contra del virus.
El agotamiento pandémico interfiere en las actividades diarias y es tan sutil que parece que no existe, entonces, la angustia larga y prolongada genera cambios leves, pero realmente importantes.
Fatiga
Aplazamos las tareas que tenemos que hacer porque nos da pereza y nos preguntamos constantemente qué tanto tiempo podemos dejarlas atrás.
Irritabilidad
Cualquier cosa nos molesta al grado de que los detalles más pequeños son incómodos y detonan un enorme problema provocando molestias con otras personas afectando las relaciones sociales.
Problemas de sueño
Desafortunadamente, esto es muy común. El insomnio se disfraza de redes sociales entretenidas, cafeína, la pérdida de limitación del tiempo por estar en casa, actividades diversas como la cocina, etc. De igual manera, el dormir o querer hacerlo en el día, es señal de agotamiento pandémico.
Consumo de sustancias
Si antes no consumíamos tabaco, alcohol, cannabis, café o cualquier otro tipo de sustancia o con poca frecuencia y ahora es mucho más, es señal de agotamiento pandémico, pues nos ayuda a “desestrezarnos” o “salir de la rutina”.
Pérdida de alegría
Lo que antes nos daba alegría, ahora nos causa estrés o simplemente no nos gusta más. La pérdida de entusiasmo impide la convivencia y nos vuelve vulnerables al COVID-19 y a otro tipo de padecimientos.
De acuerdo a la revista Journal of General Internal Medicine, los términos agotamiento y trauma son perfectos para definir nuestro nivel de cansancio por el Coronavirus. El agotamiento pandémico es más normal de lo que parece y la única manera de solucionarlo es acudir a terapia para recibir un mejor diagnóstico y respuestas personalizadas.