A todos nos ha pasado que vamos por una buena cantidad de pan y que nos haya sobrado al día siguiente, pero luego lo olvidamos en un rincón y cuando lo sacamos está como piedra. Si el pan ya está duro, puedes hacer capirotada, torrijas o pan francés, o puedes rallarlo y usarlo en empanizados, pero si quieres que te dure fresco por más tiempo, aquí te compartimos un truco muy sencillo para evitar que el pan se ponga duro con el paso de los días.
No importa si tu pan es de harina de trigo o de centeno, de cebada, de maíz o de arroz, lo más seguro es que empiece a ponerse duro día con día, no sólo de la corteza, sino también de adentro. Los únicos panes que tardan más tiempo en ponerse duros son los de masa madre, pero sin duda ocurrirá. Si te preguntas a qué se debe esto, la respuesta recae en el clima y la luz, ya que el calor o los rayos solares ayudan a deshidratar el pan.
Por eso, si quieres que tu pan dure crujiente por fuera y suave por dentro, la forma en que lo almacenas es muy importante, ya que de esto dependerá que esté en mejores condiciones. Este truco lo usamos en mi familia desde hace varias décadas y aunque hemos puesta a prueba otros métodos que también funcionan, este tip es el que más me gusta por el resultado que tiene el pan al final, ya que mantiene su textura y sabor casi como cuando lo compras por primera vez.
Truco para evitar que el pan se ponga duro
Como ya te explicamos, lo ideal es almacenar adecuadamente el pan y la forma de hacerlo es la siguiente. Deja el pan en su bolsa de papel, enrolla la punta para evitar que tenga mucho aire, guárdala en una bolsa de plástico cerrada y almacénala en un lugar fresco, notarás que después de varios días el pan sigue en buen estado.
Si no tienes bolsa de papel, lo que puedes hacer es envolver el pan en un trapo limpio, que no tenga suavizantes o un perfume muy intenso, pues el pan podría absorber los aromas, luego déjalo en un lugar fresco y seco, verás que el pan mantiene su capa crujiente y su interior suave.
Estos métodos sirven para tenerlo por un par de días más en buen estado, pero si quieres alargar su vida por más tiempo, córtalo en rebanadas o trozos, mételos en una bolsa con cierre hermético, sacando el máximo aire posible, y guarda esta bolsa en el congelador. Cuando lo vayas a usar, pásalo 20 minutos al refrigerador y luego lo calientas un poco como sueles hacerlo, el resultado te encantará.