El chilate es una bebida prehispánica, típica de la Costa Chica de Guerrero, está elaborada a base de cacao, arroz, canela y piloncillo. De acuerdo con Larousse Cocina su nombre proviene del "náhuatl chilli, chile, y atl, agua, que en traducción libre significa bebida de chile". A pesar de que su traducción menciona la palabra chile, esta bebida no incluye ese ingrediente, por el contrario su sabor es muy dulce, el chilate se sirve frío y se bebe con una consistencia espumosa.
De acuerdo con la historia, durante la época prehispánica las bebidas que eran hechas a base de cacao se consideraban aptas exclusivamente para élite de aquel tiempo, incluso recibió el término de oro líquido por lo excluyente de su consumo. Se ha documentado que el cacao ha servido como fuente de inspiración de muchos poetas como Nezahualcóyotl. De este poeta se dice llegaba a beber a la semana hasta 80 tazas de cacao que le eran entregadas por una doncella distinta.
El consumo de chilate además de estar lleno de historia cuenta con grandes beneficios, pues al estar elaborado a base de cacao las propiedades de este son muchas, es rico en antioxidantes lo cual te ayudará a reducir el estrés, además, el cacao contiene feniletilamina, que es el responsable de producir un efecto placentero a nivel cerebral. Esta bebida prehispánica contiene propiedades nutrimentales debido a su alto contenido en potasio, magnesio, fósforo, entre otros.
En la actualidad esta bebida se sigue elaborando en el estado de Guerrero, especialmente en el municipio de Ayutla de los Libres de donde tiene origen el chilate. A continuación te compartimos una receta para que puedas preparar esta bebida mexicana.
INGREDIENTES
- 500 g de arroz blanco
- 1 pieza de piloncillo molido
- 500 g de cacao entero o molido
- 3 rajitas de canela
- Agua
- Hielo para acompañar
INSTRUCCIONES
- Remoja el arroz junto con la canela por 30 minutos. Reserva.
- En una sartén, tuesta los granos de cacao hasta que se le desprenda la cáscara y pélalos. Añádelos al agua con el arroz y la canela por 10 minutos.
- Retira la mitad del agua del remojo y licua o procesa hasta que quede una especie de pasta.
- Cuela la pasta en una jarra que contenga aproximadamente 2 litros de agua.
- En la jarra, agrega el piloncillo y disuelve. Rectifica el dulzor (no debe ser muy dulce ni amargo) y agrega el hielo.