Una lasaña de pollo es una opción muy recomendable para disfrutar de este clásico italiano cuando se busca una alternativa a la de carne roja. El resultado es un delicioso plato mucho más ligero que su versión original, con un sabor suave que a la vez queda muy sabroso.
La elaboración es muy parecida a la clásica. La podemos hacer con pollo fresco o, incluso, aprovechar las sobras de un asado. Básicamente vamos a intercalar capas de pasta, bechamel y una salsa de tomate con pollo llena de sabor. La cocción igualmente se hace al horno. ¡Venga! ¡Pongámonos manos a la obra!
Ingredientes de la lasaña de pollo
1 cebolla grande
3 o 4 dientes de ajo
800 g de tomate en conserva
4 cucharadas de aceite de oliva
600 g de pechuga de pollo o carne picada (500 g si está ya cocinado)
1 hoja de laurel
Sal
Pimienta negra molida
1 pizca de orégano
40 g de mantequilla
40 g de harina de trigo
600 ml de leche entera
Nuez moscada
12 a 15 láminas de lasaña (250 g aproximadamente)
100 g de queso rallado para gratinar (parmesano, gouda, mozzarella…)
Cómo hacer lasaña de pollo
Picar la cebolla y los ajos y triturar el tomate
Sofreír la cebolla en el aceite, añadir el ajo y rehogar 1 minuto más
Colocar las pechugas de pollo
Cubrir con el tomate, añadir 1 hoja de laurel y salpimentar
Cocer 30-40 minutos a fuego medio
Desmenuzar el pollo y añadirlo a la salsa, retirar el laurel, condimentar con orégano y rectificar de sal
Preparar la bechamel mezclando la mantequilla caliente con la harina y añadiendo la leche
Untar la base de la fuente con un par de cucharadas de bechamel y colocar una capa de pasta
Repartir encima un tercio del pollo
Repetir las capas de bechamel, pasta y pollo dos veces más y terminar con una cuarta capa de pasta
Cubrir con el resto de la bechamel
Espolvorear el queso rallado
Hornear la lasaña de pollo durante 30 minutos a 180 ºC y dejar reposar 15 minutos antes de servir