Los cambios en el protocolo en esta coronación han sido tan importantes con respecto a la última que, de hecho, se han escrito nuevas normas. Y la que se ha tomado más en serio esta renovación de la simbología regia es la Princesa de Gales (hasta la muerte de Isabel II, Duquesa de Cambridge), Kate Middleton, quien ha reinventado completamente el atuendo que corresponde a una dignidad con su rol, es decir, al de la siguiente reina.
Mezclando tradición y modernidad dentro de la absoluta solemnidad, para empezar lució sobre los hombros el Manto de la Real Orden Victoriana, de raso de seda azul oscura, con ribetes escarlata y un forro de tafetán de seda blanca. Destacaba sobre el manto la Gran Cruz de la Real Orden Victoriana bordada en oro, insignia que representa una orden de caballería creada por la reina Victoria y de la que en la actualidad es gran maestre la Princesa Ana.
El único guiño que hubo a la anterior princesa de Gales, Lady Diana, se materializó en las orejas de Middleton, que lució dos piezas con una doble curva de varios cortes de diamantes. Bajo el manto llevó también el collar de festón de Jorge VI, una pieza que este monarca ordenó confeccionar para su hija, Isabel II.
El vestido que llevaba bajo la capa, de Alexander McQueen, la firma que elige siempre para las grandísimas ocasiones, solo se distinguía en su parte inferior: más que suficiente para reconocer los espectaculares bordados con motivos de rosas, cardos, narcisos y tréboles que representan las naciones del Reino Unido. La princesa de Gales se ha ocupado de que su hija, la princesa Carlota, quien también está en la línea de sucesión, fuese un reflejo de su imagen. De esta manera, la niña ha ido vestida también con una túnica diseñada por Sara Burton, directora creativa de Alexander McQueen con los mismos motivos bordados.
Los nuevos reyes, Carlos y Camila, pidieron que no hubiese tiaras en la ceremonia. La princesa de Gales obedeció aunque hizo una lectura sui generis de la consigna y encargó un tocado de hojas tridimensionales hechas con hilo de plata y cristal a la sombrerera Jess Collett, quien trabaja para Alexander McQueen. El tocado de Carlota era muy similar, al igual que el tipo de recogido de pelo.
A pesar de que no se hizo pública ninguna indicación protocolaria por parte de la Casa Real sobre los colores que debían vestir los miembros de familia en esta ceremonia, es verdad que tanto la nueva reina, Camila, como la princesa de Gales como la princesa Carlota se vistieron todas de blanco, como en su día hicieron la reina Isabel y todas sus damas de honor.