El 28 de agosto es un día que resplandece en el calendario mexicano. No es sólo una fecha más; es un día lleno de nostalgia, cariño y un profundo reconocimiento a quienes han sido pilares fundamentales en nuestras vidas: los abuelos. Esta celebración tiene un trasfondo histórico que invita a la reflexión y a la valoración intergeneracional.

¿Por qué un 28 de agosto?

El origen del Día del Abuelo en México se remonta a 1982. Fue en este año cuando, a nivel internacional, agosto fue proclamado como el mes de la vejez. No obstante, en México, se eligió el día 28 para honrar a los abuelos. La razón detrás de esta elección no es simple y encierra historias y tradiciones.

El INAPAM (Instituto Nacional de las Personas Adultas Mayores) ha registrado algunas de las teorías sobre la selección de esta fecha. Una de las más resonantes sugiere que fue durante el mandato de Lázaro Cárdenas cuando se subrayó la relevancia de reconocer y conmemorar a los adultos mayores. Sin embargo, también existe una versión que nos lleva más atrás en el tiempo, a la época de Porfirio Díaz, que propone que la elección del día está vinculada con la conmemoración de San Agustín de Hipona, a quien se le atribuye ser el patrono de los adultos mayores.

Los abuelos en la sociedad mexicana actual

No es un secreto que la demografía está cambiando. De acuerdo con datos del INEGI (Instituto Nacional de Estadística y Geografía), la población de adultos mayores ha experimentado un crecimiento notable, pasando de representar el 4% en 1970 al 10% en 2023. Estas cifras no solo nos muestran la evolución demográfica, sino también la imperiosa necesidad de reconocer, valorar y atender las demandas y necesidades de este grupo que ha tejido y sigue tejiendo la historia de muchas familias.

 El Día del Abuelo no es solo un recordatorio anual para expresar cariño y gratitud. Es una oportunidad para reflexionar sobre el papel que desempeñan nuestros mayores en la sociedad, para aprender de su sabiduría y experiencia, y para asegurarnos de que sus necesidades y deseos sean escuchados y atendidos. Así que, este 28 de agosto, y todos los días, honremos a nuestros abuelos, esos seres extraordinarios que han moldeado y enriquecido nuestras vidas.