El desarrollo de un bebé es un proceso único y debe ser respetado sin presiones externas. Aunque es natural que los padres deseen ver a sus hijos alcanzar hitos como gatear, sentarse o caminar, expertos en crianza infantil advierten sobre los riesgos de apresurar estas etapas.
Cada bebé tiene su propio ritmo de desarrollo. Por ejemplo, entre los 4 y 7 meses, los bebés suelen comenzar a intentar sentarse por sí mismos, y pueden empezar a caminar en cualquier momento entre los 9 y 13 meses. Forzar a un bebé a alcanzar estos hitos antes de que esté listo puede afectar su desarrollo natural.
El equilibrio es clave para que un bebé se sienta seguro al caminar, y es común que primero se apoyen en muebles antes de intentarlo por sí solos. Si un bebé tarda más de lo esperado en alcanzar estos hitos, es recomendable consultar a un especialista.
Respetar el ritmo de desarrollo de tu bebé es esencial para que pueda alcanzar su máximo potencial. No apresures el proceso; cada etapa llegará en su momento adecuado. Si tienes preocupaciones sobre su desarrollo, busca la orientación de un profesional.