La actividad física regular y una alimentación balanceada son esenciales para mantener una buena salud a medida que envejecemos. La vejez, aunque inevitable, puede ser más llevadera si se adopta un estilo de vida activo desde temprano, según varios estudios. Factores como el ejercicio y la genética influyen en cómo las personas experimentan esta etapa.
El Instituto Mayo Clinic subraya la importancia de mantenerse activo físicamente y seguir una dieta saludable para conservar la masa muscular y promover un envejecimiento saludable. En esta línea, el Ministerio de Sanidad de España destaca que la actividad física no solo mejora la salud, sino que también ayuda a prevenir enfermedades crónicas y aumentar la esperanza de vida. Sin embargo, advierte que más de la mitad de la población no realiza suficiente ejercicio para beneficiarse de estos efectos.
Asimismo, el Ministerio de Salud Pública de Ecuador refuerza la necesidad de incorporar pausas activas en la rutina laboral para mejorar tanto la salud física como mental, y prevenir enfermedades derivadas del sedentarismo.
Un estudio realizado en Dinamarca, que se prolongó por 25 años, identificó los deportes que más contribuyen a la longevidad. Entre los ejercicios más recomendados se encuentran el tenis, que puede añadir hasta 9,7 años de vida; el bádminton con 6,2 años; el fútbol con 4,7 años; el ciclismo con 3,7 años y la natación con 3,4 años.
Estos resultados confirman que, además de una buena alimentación, realizar ejercicios como parte de nuestra rutina puede marcar una gran diferencia en nuestra calidad de vida durante la vejez.