Las enfermedades del corazón, como los infartos de miocardio, causan más de 17 millones de muertes anuales, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), y se proyecta que esa cifra aumente a 23 millones para 2030. Ciertas comidas, cuando se consumen en exceso, pueden incrementar el riesgo de estos problemas. Entre los alimentos más perjudiciales están las carnes procesadas, los alimentos con alto contenido de azúcar o edulcorantes artificiales, y el consumo excesivo de bebidas alcohólicas.
Para cuidar el corazón, es fundamental reducir la ingesta de grasas saturadas, grasas trans y sodio, elementos que aumentan el riesgo de enfermedades cardíacas. Incorporar una dieta rica en frutas, verduras y granos integrales, como la dieta mediterránea, es una forma efectiva de proteger el sistema cardiovascular. Este tipo de alimentación se basa en vegetales, legumbres, cereales integrales, frutos secos y aceite de oliva, los cuales han demostrado reducir significativamente el riesgo de problemas cardíacos.
Mantener hábitos alimenticios saludables y controlar el tamaño de las porciones son claves para prevenir complicaciones en el corazón y mantener una buena calidad de vida.