La pandemia de COVID-19 impulsó el trabajo a distancia, conocido como Home Office, como medida para prevenir la propagación del virus. Con el fin de la emergencia sanitaria, muchas empresas han mantenido esta modalidad, implementando esquemas híbridos que combinan el trabajo en casa y en la oficina.
Un informe de 2022 de la ONU, que incluye datos de la OMS y la OIT, destacó los beneficios del Home Office para la salud de los empleados. Esta modalidad permite un mejor equilibrio entre la vida personal y profesional, gracias a horarios flexibles que facilitan la organización del tiempo y la inclusión de actividad física en la rutina diaria. Además, reduce el estrés asociado a los largos traslados y genera un ahorro significativo en tiempo de viaje.
El estudio también revela que el trabajo a distancia disminuye problemas de salud como la hipertensión y el estrés, y puede contribuir a reducir la depresión al fomentar la convivencia familiar y mejorar el uso del tiempo libre. Además, facilita una alimentación más saludable al permitir la preparación de comidas caseras, lo que reduce el consumo de alimentos ultraprocesados.
Desde una perspectiva ambiental, el Home Office ayuda a disminuir la contaminación al reducir los desplazamientos en coche, promoviendo así un bienestar social más amplio. Por último, para las empresas, esta modalidad se ha demostrado efectiva para aumentar la productividad y reducir costos operativos, convirtiéndose en una opción atractiva tanto para empleados como para empleadores.