El consumo prolongado de alcohol puede causar daños significativos en el hígado, pero este órgano tiene una notable capacidad de regeneración. Según un estudio de la Fundación Española del Aparato Digestivo (FEAD), dejar de consumir alcohol durante dos o tres semanas puede generar mejoras visibles en la salud hepática. En casos de hígado graso, una condición frecuente causada por el alcohol, el hígado puede recuperarse casi por completo tras este periodo, con biopsias que muestran resultados normales.
El hígado metaboliza alrededor del 90% del alcohol ingerido, y la rapidez de su recuperación depende de la cantidad de alcohol consumido y la salud general de la persona. Sin embargo, en casos avanzados como la cirrosis, donde el daño ya es irreversible, la capacidad de regeneración se ve limitada.
Además de mejorar la salud hepática, abstenerse de alcohol también tiene otros beneficios importantes: mejora la calidad del sueño, las funciones cognitivas y disminuye el riesgo de enfermedades como la hipertensión o el cáncer. Estos cambios no solo promueven la salud física, sino que también pueden mejorar la calidad de vida y las relaciones interpersonales.