El té de jazmín, una de las infusiones más populares y aromáticas del mundo, tiene su origen en China, durante la dinastía Song (960-1279 d.C.). En esos tiempos, el té verde comenzó a fusionarse con las flores de jazmín, creando una bebida que rápidamente se destacó no solo por su delicado aroma, sino también por sus propiedades medicinales. Esta mezcla fue el comienzo de lo que se convertiría en una tradición que perdura hasta el día de hoy.
El proceso de creación del té de jazmín ha sido perfeccionado a lo largo de los siglos. Las hojas de té verde se mezclan con flores frescas de jazmín, lo que les permite absorber la fragancia de las flores durante varias semanas. Esta técnica, que al principio era un proceso rudimentario, se fue transformando en un arte. Regiones de China y otras partes de Asia desarrollaron métodos especializados para extraer el mejor aroma posible, perfeccionando la infusión hasta lograr la mezcla ideal entre el té y el jazmín. Además de su distintivo aroma, el té de jazmín ofrece una amplia variedad de beneficios para la salud, gracias tanto a las flores como al té verde. Una de sus propiedades más destacadas es su capacidad antioxidante. Según un estudio publicado en la revista Food Research International en 2017, el té verde tiene una alta concentración de catequinas, compuestos que protegen las células del daño causado por los radicales libres. Estos antioxidantes son clave para combatir el envejecimiento prematuro y reducir el riesgo de enfermedades relacionadas con el deterioro celular, como problemas cardiovasculares y algunos tipos de cáncer.
Otro beneficio importante del té de jazmín es su capacidad para mejorar la salud emocional. El aroma del jazmín se ha asociado con efectos calmantes, ayudando a reducir el estrés y la ansiedad. Un estudio realizado por el International Journal of Neuroscience demostró que el aroma de jazmín puede tener un efecto positivo en el estado de ánimo, promoviendo una sensación de relajación y bienestar. Esto lo convierte en una bebida ideal para aquellos que buscan aliviar tensiones y mejorar el estado emocional.
Además, el té de jazmín también puede apoyar la digestión. Sus propiedades antiinflamatorias y relajantes pueden ayudar a calmar el sistema digestivo, reduciendo malestares estomacales y promoviendo una digestión más eficiente. Beber una taza después de las comidas puede ser un excelente remedio natural para mejorar el proceso digestivo y evitar molestias.
En resumen, el té de jazmín no solo es una bebida deliciosa y aromática, sino también una poderosa aliada para la salud. Su historia milenaria y sus beneficios respaldados por la ciencia lo convierten en una opción ideal para quienes buscan mejorar su bienestar físico y emocional.
¿Cómo preparar té de Jazmín?
- Si usas bolsitas de té, puedes pasar al siguiente paso. Para quienes prefieren el té con hojas sueltas, añade una cucharada por cada taza de agua que quieras servir.
- Luego, hierva el agua a unos 73° centrígrados (163,4° F). En el caso del té de jazmín puro, hervir el agua a demasiada temperatura podría dar como resultado un sabor muy amargo, así que tenga cuidado con el proceso.
- Deje reposar el té de jazmín durante unos 2 minutos antes de beberlo. Si es posible, sírvelo en una tetera con tapa y disfrútalo.