La industria de la perfumería evoluciona en 2025 con un enfoque más consciente y creativo, adaptándose a consumidores que buscan fragancias sostenibles, personalizadas y minimalistas. A continuación, te presentamos las principales tendencias y los cambios que están redefiniendo el mercado:
Fragancias minimalistas: menos es más
El minimalismo olfativo domina en 2025, dejando atrás las mezclas complejas de múltiples notas. Ahora, las composiciones destacan por su simplicidad, utilizando uno o dos ingredientes clave que cuentan una historia clara y sofisticada. Ejemplo de ello es la colección Absolue Les Parfums de Lancôme, donde la rosa centifolia se complementa sutilmente con acordes de bergamota o almizcle, creando un aroma íntimo y elegante.
Adiós al alcohol, bienvenida a los aceites esenciales
El bienestar físico y mental se impone en la perfumería. Las fragancias no solo buscan agradar, sino también ofrecer beneficios terapéuticos, como calmar la mente o energizar. Marcas como Orebella, de Bella Hadid, lideran esta tendencia con fórmulas libres de alcohol, dermatológicamente probadas y enriquecidas con aceites esenciales como lavanda y sándalo, diseñadas para nutrir la piel y mejorar el estado de ánimo.
Sostenibilidad como prioridad
El cambio hacia prácticas responsables es clave en 2025. Las fragancias sostenibles, con ingredientes de origen ético y envases reutilizables o reciclables, se posicionan como la nueva norma. Grandes nombres de la industria han comenzado a incorporar esta filosofía en sus productos, alineándose con un público más consciente del impacto ambiental.
El 2025 marca una nueva era en la perfumería, donde la simplicidad, la salud y la sostenibilidad se combinan para ofrecer experiencias sensoriales más significativas y responsables.