Cada 2 de marzo se celebra el Día Mundial del Bienestar Mental para Adolescentes, un día para reflexionar sobre la importancia de la salud mental en los jóvenes. La adolescencia, marcada por grandes cambios emocionales y sociales, es una etapa donde pueden surgir trastornos como ansiedad y depresión, lo que hace fundamental promover espacios seguros y apoyo psicológico.
Manuel Mariano Hernández García, psicoanalista y consultor especializado, subraya la importancia del entorno familiar en el desarrollo emocional de los adolescentes. Según el experto, la familia es el "semillero de aprendizajes" donde los niños aprenden patrones de conducta y estrategias para enfrentar la vida. Un ambiente familiar violento o conflictivo puede generar trastornos emocionales graves en los jóvenes, como ansiedad o depresión.
Estudios han demostrado que la educación basada en gritos y castigos afecta negativamente la autoestima y aumenta el riesgo de trastornos emocionales. Hernández García citó una investigación en Londres sobre exnarcotraficantes, quienes justificaron sus acciones delictivas por haber crecido en ambientes hostiles donde "sobrevivir era la prioridad", lo que resalta la influencia del entorno familiar en el comportamiento futuro.
En el ámbito escolar, el experto advirtió que entre tres y cinco niños de cada 25 a 30 pueden presentar trastornos como el TDA (Trastorno por Déficit de Atención) o el TND (Trastorno Negativista Desafiante), lo que puede marginarlos del sistema educativo y hacerlos más vulnerables a la delincuencia si no reciben la atención adecuada.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) alerta que uno de cada siete jóvenes entre 10 y 19 años padece algún trastorno mental, lo que hace crucial la intervención temprana.
Hernández García recomendó que los padres estén atentos a tres señales de alerta en sus hijos:
Cambios en la conducta reportados por los profesores.
Aislamiento social o irritabilidad constante.
Autolesiones o comportamientos agresivos.
El psicoanalista también destacó el impacto negativo de los videojuegos y el acceso sin supervisión a internet, lo que expone a los menores a contenido inapropiado. Aunque muchos padres creen que los dispositivos son seguros, la falta de supervisión puede alterar las emociones de los niños.
Aplaudió iniciativas como la versión filtrada de Instagram para adolescentes, que limita el acceso a contenido nocivo sin restringir el uso de la tecnología. Finalmente, recordó que el suicidio es la tercera causa de muerte entre los jóvenes, subrayando la urgente necesidad de prestar atención a la salud mental de los adolescentes.
“No podemos cerrar los ojos ante las alertas”, concluyó Hernández García.