El 8 de marzo se conmemora el Día Internacional de la Mujer, una fecha que reconoce las luchas sociales y políticas de las mujeres a lo largo de la historia.
Aunque fue en 1975 cuando la Organización de las Naciones Unidas (ONU) formalizó esta fecha, sus raíces se remontan a principios del siglo XX, con la lucha de mujeres obreras que enfrentaban precarias condiciones laborales.
En 1908, las mujeres socialistas de Estados Unidos impulsaron el Women’s Day, un día dedicado a exigir derechos laborales y el voto femenino.
Posteriormente, en 1910, Clara Zetkin, líder del movimiento alemán de mujeres socialistas, propuso en la II Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas que esta lucha se extendiera a nivel mundial.
La elección del 8 de marzo como fecha oficial ocurrió en 1914, aunque anteriormente se conmemoraba en diferentes días según el país.
Una creencia popular atribuye la fecha a un incendio en una fábrica textil en Estados Unidos en 1908; sin embargo, este hecho se ha comprobado históricamente inexacto, ya que los incendios documentados ocurrieron el 25 de marzo de 1911.
Evolución de las demandas
A lo largo de más de un siglo, las exigencias del movimiento han evolucionado.
Si bien en sus inicios se centraban en derechos laborales y políticos, hoy la lucha pone énfasis en la erradicación de la violencia de género, el derecho a decidir sobre el propio cuerpo y el acceso a servicios de salud seguros y gratuitos.
Expertas como la doctora Lucía Núñez Rebolledo, del Centro de Investigaciones y Estudios de Género de la UNAM, destacan que las mujeres requieren que el Estado garantice sus derechos y prevenga la violencia, además de castigarla cuando ocurra.
El empoderamiento como clave del cambio
El lema de la ONU para este 2025 es "Para las mujeres y niñas en toda su diversidad: Derechos, igualdad y empoderamiento". Este enfoque destaca el papel crucial de las jóvenes como impulsoras de transformaciones sociales duraderas.
Sin embargo, la doctora Núñez Rebolledo enfatiza que el empoderamiento va más allá de acceder a recursos o cargos de poder; implica tomar conciencia de la desigualdad social y tener herramientas para enfrentarla. También subraya la necesidad de cuestionar y transformar las ideas patriarcales que limitan los roles de género.
“Igualdad, Derechos y Poder con y para Todas” es el llamado que este año impulsa la Coordinación para la Igualdad de Género de la UNAM, con el objetivo de seguir combatiendo las estructuras que perpetúan la desigualdad.