La gastronomía mexicana sigue ganando reconocimiento global, y ahora una sopa tradicional de Michoacán ha sido destacada entre los mejores platillos del mundo por la página especializada Taste Atlas. Se trata de la sopa tarasca, un platillo de frijol que ha cautivado a expertos y comensales internacionales.
Originaria del estado de Michoacán, esta sopa tiene una profunda raíz cultural en la civilización purépecha, también conocida como tarasca, que floreció entre los siglos XII y XVI. Según Taste Atlas, el nombre del platillo proviene de la denominación que los conquistadores españoles dieron a los purépechas.
La sopa tarasca se prepara con frijoles pintos, tomates y un caldo de pollo, realzada por chiles frescos y secos, como el chile pasilla de Oaxaca. Su sabor picante y delicado la ha convertido en un platillo querido, especialmente en Michoacán, donde se encuentra en la mayoría de restaurantes y fondas locales. Este platillo no es común en otras partes del país, lo que hace que sea un verdadero símbolo gastronómico de la región.
¿Cómo se prepara la sopa tarasca?
La receta de la sopa tarasca incluye los siguientes ingredientes:
500 g de jitomates maduros
1 diente de ajo
1 chile ancho sin semillas
1/2 taza de cebolla blanca picada
500 g de frijoles pintos cocidos (o dos latas de frijoles pintos)
3 tazas de caldo de pollo o agua
3 cucharadas de aceite
1/2 taza de crema
1 taza de queso cotija desmoronado
1 1/2 tazas de tiritas de tortilla dorada
1 aguacate (opcional)
El proceso consiste en hervir los jitomates, el ajo y el chile ancho, luego licuarlos con cebolla, sal y un poco de agua. Posteriormente, se cocina un puré de tomate con aceite y se incorpora el puré de frijoles cocidos. La sopa se hierve hasta obtener una consistencia cremosa y se sirve con crema, queso cotija, tiritas de tortilla frita, chile frito y aguacate.
Este platillo, que tiene una historia rica y un sabor único, es ahora reconocido como un tesoro culinario tanto en México como en el mundo.