Los vídeos y fotografías de acontecimientos como los recientes atentados de París están presentes en las redes sociales. Algunos de ellos son tan claros que podrían dañar la sensibilidad. Sin embargo, lo que no se ve tan bien es por qué en situaciones extraordinarias la gente en vez de ayudar acude en primer lugar a su teléfono móvil? Los psicoterapeutas ofrecen una explicación.
La noche del pasado sábado en Londres un hombre armado con un machete atacó a varias personas en la estación de metro Leytonstone. El terrible incidente fue grabado en vídeo casi por completo por personas próximas que no actuaron para parar el ataque.
David Pethers, testigo de lo ocurrido, no se quedó parado y trató de enfrentarse al atacante. Pethers relata que mientras él trataba de proteger a los niños que pasaban, los demás estaban grabando. Después, otro testigo se le acercó y le dijo: "Bien hecho, quiero darte la mano, usted es el único que ha hecho algo, lo tengo todo grabado". Pethers estaba tan enfadado que no encontró palabras para contestarle.
El ataque fue grabado casi completo. Foto: Youtube.
Muchas de las reacciones humanas en los momentos de pánico, como escapar para salvarse o incluso quedarse paralizado ante el peligro, se pueden explicar. El psicoterapeuta Richard Reid cree que es importante tratar de entender esta nueva reacción.
Los ataques terroristas no son comunes en nuestra realidad, las personas a veces reaccionan como si estuvieran viendo una película.
Richard Reid, psicoterapeuta.
No se les ocurre que podrían estar en peligro ellos mismos ni ayudar a alguien. Es algo natural y tenemos que aceptarlo", explica Reid.
Pero, ¿cómo se puede explicar desde el punto de vista psicológico el deseo de grabar un hecho violento y qué sentimientos experimenta el autor de estos vídeos y fotografías? ¿Por qué no se le ocurre ayudar? El experto cree que es una manera de "dar sentido a lo ocurrido". Еn algunos casos esto puede ayudar, aunque a veces las personas pueden tomar fotografías como un 'trofeo', "pero es raro y ocurre con poca frecuencia", opina Reid.
No obstante, según otro psicoterapeuta, Einar Jenssen, actualmente los jóvenes están acostumbrados a ser observadores en sus propias vidas a través de las redes sociales. El experto cree que lo mismo sucede en momentos traumáticos. "Están acostumbrados a acudir a un teléfono móvil en cada evento.
Convirtiéndonos en un observador, estamos internamente protegidos, esto protege al cerebro.
Einar Jenssen, psicoterapeuta.
Es bastante sorprendente, ya que de hecho asciende a los instintos de los mamíferos. Si se considera en términos evolutivos, se explica por el deseo de mantenernos seguros. Claro que uno no estará protegido [físicamente] convirtiéndose en un observador, pero internamente sí que lo estará, esto protege al cerebro".