Esa es la opinión de la mayoría de las 3,500 personas que sondeamos de compañías de Estados Unidos, Canadá, Alemania, India y el Reino Unido.
Casi nueve de cada 10 personas “no gerentes” creen que deberían involucrarse con la innovación, pero solo aproximadamente seis de cada 10 dice estarlo. Notamos esto en compañías chicas y grandes y entre todos los grupos etarios.
¿El problema?
La mayoría de los empleados cree que la gerencia no los inspira para hacer un trabajo excelente, ni les da la oportunidad de hacerlo.
Menos de la mitad de los que están en las filas de abajo y que tienen la oportunidad de meditar una idea cree tener acceso a los medios necesarios para ejecutarla: dinero, personal y apoyo.
Los líderes tienen que aceptar el trabajo innovador como responsabilidad colectiva, y tienen que tomárselo en serio.
Pregúntate si crees tu propia retórica sobre esperar que todos los empleados encuentren nuevas y mejores formas de hacer su trabajo.
¿Cómo puedes transmitir ese mensaje? Por ejemplo, durante reuniones de la compañía podrías dar crédito a empleados que recientemente hayan hecho un trabajo innovador, y subraya qué significan sus esfuerzos para toda la organización.
Pasa tiempo hablando con los empleados, uno por uno. ¿Están incubando grandes ideas que podrían ayudar a la compañía?
Y piensa en qué recursos puedes aportar para aprovechar aportes latentes.Quizás no te convenga redirigir presupuesto. Pero tal vez puedas poner a disposición a un mentor o dar una tarde libre por semana a un empleado para que trabaje en un proyecto especial de valor para el equipo.
David Sturt y Jordan Rogers son vicepresidente ejecutivo y analista sénior, respectivamente, de O.C. Tanner Co). | Dinero en Imagen