Quizá no todo el tiempo, pero alguna vez has hecho alguna escena digna de merecer un Oscar, ya sea porque las hormonas nos traicionan o simplemente porque es parte de nuestra personalidad, pero todas hemos tenido esos momentos en que las emociones nos traicionan y sale a flote la drama queen que llevamos dentro. Y los hombres no se quedan atrás, pues no es una cuestión de género, sino de inteligencia emocional, carácter, personalidad, circunstancias y otros factores los que hacen que desencadenen en el drama, simplemente porque las relaciones humanas lo propician y punto.
Hacer drama es una reacción perfectamente normal en los seres humanos, y ocurre muchas veces cuando no sabemos cómo reaccionar; actuamos de manera visceral, infantil y sin pensar, y somos los protagonistas de nuestra propia telenovela en donde emergen nuestras más desatinadas habilidades histriónicas. Si no me crees, sigue leyendo, seguramente te podrás identificar por lo menos con alguna de las siguientes situaciones.
1.- Te tomas todo personal
Eres esa clase de chica que en la primera cita ya se está imaginando de blanco, caminando hacia el altar. Pones en duda cualquier cumplido que te digan e inmediatamente piensas que puede tener doble sentido.
Si te hacen una crítica constructiva te sientes ofendida y piensas que seguramente esa persona te odia con todas sus fuerzas.
2.- Ves cosas malas donde no las hay
Por ejemplo, si tu chico no ha respondido a tu mensaje que le enviaste hace cinco minutos, empiezas a imaginar cosas, como que probablemente esté con otra o quizá haya tenido un accidente. O cuando ves desde lejos a tus amigas riendo, no puedes evitar preguntarte si están hablando mal de ti.
3.- Quieres tener el control de lo incontrolable
Eres demasiado perfeccionista y todo tiene que hacerse a la hora y de la manera en que tú lo planeaste. Si por alguna razón tú y tu novio no llegan a tiempo al estreno de la película que morías por ver porque había mucho tráfico, encuentras la manera de culpar al pobre y hasta te dan ganas de llorar porque te estás perdiendo los avances del verano.
4.- Sientes que el mundo conspira en contra tuya
A todo le encuentras un significado cósmico y crees que el universo está conspirando contra ti. Si llueve el día en que traías falda, si pisas las gracias de tu perro llegando a casa, si se le poncha una llanta a tu auto o encuentras el refrigerador vacío, todo eso puede ser motivo para que pienses que la vida de odia y estás destinada al fracaso.
5.- Haces un escándalo por todo
Como cuando tu novio te responde un ‘te amo’ con un simple ‘yo también”, cualquier cosa que pase, por mínima que sea, es motivo de drama y no dejas de quejarte al respecto. Tiendes a exagerar cualquier situación y al día siguiente te das cuenta de que no era para tanto.
6.- Nada es suficiente bueno para ti
A todo le pones pero; te trajeron rosas, pero no son del color que tú querías; te invitaron a cenar, pero el lugar no era lo que esperabas; por fin tienen un detalle contigo, pero cualquier equivocación subsecuente es suficiente para arruinar el momento. Nada te parece.
7.- Nada de lo que te ocurre es tu culpa
Porque tú eres perfecta, ¿no? Te cuesta demasiado trabajo reconocer tus errores y siempre encuentras la forma de culpar al otro de tus desgracias. ¿Llegaste tarde? No fue porque te quedaste dormida, fue por el tráfico. ¿Se pelearon? De ninguna manera tú vas a dar el primer paso, aunque tú hayas iniciado la discusión. Justificas tus equivocaciones, pero exaltas las del otro tanto como sea posible.
8.- Comparas tu vida con la de los demás
Acéptalo, te encanta hacerte la víctima, por lo que eres una experta en creer que la vida de los otros es maravillosa y la tuya es miserable. Te sientes mal si te enteras que tu amiga de la primaria ya se va a casar, si tu primo se va a Europa de intercambio o si ascendieron a tu compañero de trabajo. Piensas que a ti jamás podría pasarte lo mismo y te encierras en tu casa a ver “El diario de Bridget Jones”.
9.- Compartes todo lo que te pasa en las redes sociales
Porque te encanta ser el centro de atención. Haces check in a dondequiera que vayas, subes la foto del helado que estás a punto de comer, cambias tu foto de perfil cada tercer día y actualizas tus estados cada cinco minutos.
10.- En el fondo, sabes que eres una reina del drama
De otra manera, no estarías leyendo esto. Y aunque te cuesta trabajo reconocerlo, hay una parte de ti que le encanta y sientes que si no fueras así, tu vida sería muy aburrida.
Pero respira, no te sientas mal ni estalles al leer este artículo, porque la realidad es que en cada una de nosotras llevamos una reina del drama en el fondo de nuestros corazones.