La sensación de que las horas pasan volando y que hay minutos que son eternos es todavía más importante en el consumo. ¿Quién no se ha aburrido soberanamente en la cola de un supermercado, esperando que llegara su turno? ¿Qué factores influyen en nuestro cerebro para pensar que el tiempo pasa deprisa al realizar una tarea que nos divierte?
Es posible que esta diferente percepción del tiempo influya en la forma en que consumimos, señalan algunos expertos. Los consumidores que descansan tranquilamente en la playa sin nada que hacer son los mismos que se enfurecen al esperar unos minutos en la caja del supermercado. Según Niklas Woermann y Joonas Rokka, “este fenómeno plantea una serie de desafíos para cualquier negocio”.
La percepción del tiempo es completamente diferente en función de la tarea que hagamos: descansar al lado del mar o realizar la compra semanal. Nuestra experiencia se ve influenciada por cinco factores importantes en el consumo: la tecnología, las destrezas de los consumidores, las normas y reglamentos, los planes y estados de ánimo individuales y el entendimiento cultural.
De acuerdo a un estudio publicado en la revista Journal of Consumer Research, estos parámetros son clave para entender por qué a veces el tiempo vuela y otras pasa tan deprisa, especialmente en el ámbito del consumo y los negocios. Para comprobar su hipótesis, los investigadores analizaron dos deportes extremos (el freeskiing y el paintball), en los que se combinan momentos de espera con instantes de máxima adrenalina.
Los cinco elementos antes mencionados deben percibirse en su justo equilibrio. Si por algún motivo el consumidor entiende que no es así, notará que los minutos pasan demasiado despacio (lo que puede tener un impacto negativo para el negocio) o que el tiempo vuela (lo que hará que mantenga una actitud positiva).
Por ejemplo, cuando los esquiadores esperan a su próximo salto, no sienten ningún tipo de impaciencia. Asumen que esos minutos son parte del deporte y los utilizan para prepararse física y mentalmente para los segundos de adrenalina que vivirán.
La percepción del tiempo, aun siendo una consideración personal, puede relativizarse en función de la actividad que llevemos a cabo. Si consumidores y negocios entienden los cinco elementos, es posible que las esperas no se hagan tan eternas. Esta hipótesis, según los científicos, puede ser aplicada a cualquier actividad empresarial, mejorando la satisfacción de nuestros clientes y el rendimiento del propio negocio. [Blogthinkbig]