Esta tendencia se observó de manera particular entre los hombres de 70 o más años de edad. Según los científicos, éste es el primer estudio que plantea esta mayor tendencia, informó Mayo Clinic en un comunicado.
El análisis muestra que los hombres de todas las edades, por cada 10 años calendario, tenían un riesgo 17 por ciento mayor de desarrollar parkinsonismo y un riesgo 24 por ciento superior de desarrollar la enfermedad de Parkinson.
También reveló que en los hombres de 70 años o más había un aumento significativo: un riesgo 24 por ciento más alto de desarrollar parkinsonismo y un riesgo 35 por ciento mayor de padecer la enfermedad de Parkinson por cada 10 años calendario.
Con la aplicación del Proyecto Epidemiológico de Rochester, los científicos de Mayo Clinic lograron ver los expedientes médicos completos —desde el nacimiento hasta la muerte— de todas las personas del condado de Olmsted, Minnesota, diagnosticadas con al menos una de las enfermedades del parkinsonismo.
Un especialista en trastornos del movimiento revisó los expedientes para confirmar el diagnóstico y clasificar los diferentes tipos de parkinsonismo, incluido el tipo más común, que es la enfermedad de Parkinson.
Según el doctor Rodolfo Savica, autor principal del trabajo y neurólogo de Mayo Clinic, existen razones para creer que ésta es una tendencia real.
“La tendencia probablemente no sea producto de sólo los cambios en la concienciación de las personas ni de los aplicados en la práctica médica con el transcurso del tiempo, pues existen pruebas que plantean la presencia de un aumento genuino en el riesgo para la enfermedad de Parkinson”, explicó.
“En Estados Unidos, ha habido un cambio drástico en la exposición a algunos factores. Sabemos que en los últimos 70 años, más o menos, han cambiado algunos agentes ambientales, como pesticidas o tabaquismo, y otras sustancias del ambiente”, mencionó.
Los cambios en la exposición a varios factores de riesgo podrían ser los responsables en el aumento de este padecimiento, subrayó el especialista.
El estudio se basó en casi mil pacientes afectados por el parkinsonismo y es el primero en considerar las tendencias de riesgo duraderas en 30 años.
Además, aporta pruebas contrarias a dos estudios anteriores realizados en Estados Unidos y otro en Canadá que no revelaron ninguna tendencia, pero sobre todo, se opone a tres estudios del Reino Unido que planteaban un posible descenso en la ocurrencia de la enfermedad de Parkinson con el transcurso del tiempo.