De acuerdo con los pasajeros, la fémina se puso en una actitud impertinente justo antes de que despegaran, pues ingresó con un grupo de embarque que no le correspondía y tomó un asiento que tampoco era el suyo.
Cuando se le pidió que se moviera, se negó y comenzó a insultar a los presentes. Al llegar los oficiales, se recostó y permaneció en peso muerto, por lo que se vieron obligados a sacarla a rastras.