María solicitó que su mascota fuera llevada en cabina con ella, pero la aerolínea insistió en que por políticas del vuelo el animal debía ir en un guacal en bodega.
El pasado 13 de enero se acababan las vacaciones para María Fernanda y su fiel compañero, Homero, luego de un viaje de casi un mes en Putumayo. Ella pensó que era mejor devolverse en avión para no someter a su mascota a otras 36 horas en bus –como lo había hecho para llegar a Mocoa en diciembre pasado–.
"Esa vez nosotros viajamos 36 horas en bus, él iba al lado mío durante todo el camino desde Armenia –que es donde yo vivo– hasta Mocoa, donde íbamos de vacaciones. El perrito era sano, no tenía ninguna enfermedad", cuenta María Fernanda.
Aunque no le permitieron llevar a Homero en cabina, ella accedió a que fuera en bodega dentro de un guacal, pero cuando llegaron a Cali y fue a buscar a su mascota se enteró de la trágica noticia.
"Inmediatamente yo me bajé del avión, yo corrí a la bodega a ver a mi mascota porque yo nunca me despego de él y cuando llego y veo que está debajo de todas las maletas y lleno de sangre porque al parecer él trató de salirse del guacal y también se lastimó", cuenta.
Agregó: "Me dijeron 'espere', y cuando me lo entregaron estaba con una tela verde encima y muerto. Sin decirme ni una sola palabra se fueron. Yo saqué mi celular y grabé, no sé cómo hice porque yo estaba llorando".
María agarró el cadáver de Homero y junto con su esposo –que la estaba esperando en el aeropuerto de Cali– lo llevaron en el carro a una veterinaria en Armenia para que pudieran tener un certificado de la causa de su muerte.
"Lo dejamos en Huellitas, donde lo congelaron y al otro día lo cremaron. Se le hizo todo el procedimiento para comprobar la causa de la muerte y fue por hipoxia (asfixia), tengo el certificado médico. El avión llegó hasta un punto tan alto que ocasionó la asfixia del animal y en el espacio en el que él estaba no era el adecuado para viajar un ser vivo", dice María Fernanda.
Las cenizas de la mascota de dos años y medio de edad reposan en la casa de María Fernanda y su esposo.
Por su parte, la aerolínea EasyFly emitió un comunicado donde explican lo sucedido: