Ayesha Basharat, una enfermera de Reino Unido, robó la tarjeta bancaria de una mujer fallecida por COVID-19 y la utilizó en una máquina expendedora, donde compró papas fritas, dulces y refrescos.
La mujer se encontraba en el Hospital Heartlands, localizado en Birmingham, Inglaterra, cuando la paciente, de 83 años, murió y alrededor de 20 minutos después, Basharat tomó su tarjeta y decidió comprar diferentes alimentos, como papas fritas.
El hecho ocurrió el pasado 24 de enero y quedó grabado por las cámaras de seguridad del hospital. La enfermera habría utilizado la tarjeta bancaria para realizar seis compras de aproximadamente un euro cada una, en la máquina expendedora de su trabajo el mismo día en que murió la paciente.
Más tarde ese mismo día hizo una nueva compra y lo volvió a intentar el 28 de enero, aunque la tarjeta ya había sido cancelada, detallaron las autoridades locales.
El día 28, la enfermera fue arrestada por la policía mientras se encontraba en su turno de trabajo. La mujer le dijo a los oficiales que se había confundido y pensó que era su propia tarjeta, aunque los plásticos eran de diferentes colores.
Por su presunta responsabilidad en la compra de papas fritas y otros snacks con una tarjeta bancaria que no era de su propiedad, Basharat recibió dos condenas de cinco meses de cárcel cada una.
Según medios locales, la enfermera, de 23 años, fue suspendida de su trabajo y se enfrenta a un despido permanente por haber tomado las pertenencias de la paciente para comprar las papas fritas y otros alimentos.
Un portavoz del hospital dijo a medios locales que Basharat fue suspendida inmediatamente cuando el incidente salió a la luz y mientras el caso judicial estaba pendiente, ahora los procedimientos han concluido y se enfrenta a perder su trabajo por mala conducta grave.
“Tiene una condena activa, por lo que es muy poco probable que pueda permanecer en nuestro empleo”, añadió la portavoz, quien confirmó que las autoridades del nosocomio se disculparon con los familiares de la paciente fallecida.