La representación de la Pasión de Cristo es una de las manifestaciones de la Iglesia Católica más comunes que se llevan a cabo por todo el mundo que profesan la religión. En cada periodo de la Semana Santa, los fieles actúan en la escenificación de los momentos previos a la crucifixión de Jesús, el hijo de Dios, de acuerdo con las santas escrituras.
Jesús murió crucificado al ser acusado de blasfemia por asegurar que era el Mesías, el hijo de Dios, de acuerdo con lo narrado en los evangelios de Marcos y Mateo; mientras que en la cultura popular se afirma que lo hizo para salvar a la humanidad de sus pecados.
Tanto en México como en el resto del mundo, se llevan a cabo las representaciones de la crucifixión de Jesús, donde se muestra el calvario por el que el llamado hijo de Dios sufre mientras va rumbo al monte calvario Gólgota o de la Calavera, donde finalmente muere en la cruz junto a los ladrones Dimas y Gestas.
En algunos países la representación la hacen semejante a lo que sufrió el nazareno, como en Filipinas donde viven con fervor el rito religioso de manera realista con sufrimiento y sangre, con el fin de expiar los pecados tanto de los participantes en la representación como de los asistentes que miran el viacrucis.
Azotan fuerte a Jesús
Sin embargo, en las redes sociales circula un video donde se ve a “Jesús de Nazareth” enojarse de verdad luego de defenderse de los salvajes azotes que recibió durante su recorrido hacia el “monte Gólgota”.
En el clip de 30 segundos, se ve cuando aquel Jesús camina cargando la cruz sobre sus hombros y de pronto es azotado fuertemente por uno de los “soldados romanos” que acompaña a la caravana. Jesús recibe los primeros dos latigazos con toda la fuerza del hombre que lo hace con movimientos violentos.
Los demás soldados romanos siguen el ataque como parte de la representación y también conectan otros azotes aunque de menor intensidad, mientras quien inició con los salvajes latigazos se repliega, pero conecta otros tres azotes más al tiempo que los demás soldados siguen golpeando al “hijo de Dios”.
Ante los fuertes latigazos, el hombre que representa a Jesús trata de defenderse al soltar patadas hacia atrás donde estaban sus castigadores, pero sin soltar la cruz. Uno de los soldados se da cuenta de la acción y socorre al nazareno para que dejen de golpearlo y ataca a sus compañeros con el látigo: “¡Déjenlo en paz!”, grita el soldado.
Tras los fuertes azotes, finalmente Jesús sigue su calvario ante la mirada atónita de los creyentes que acudieron a ver la representación, mientras el soldado que salvó al nazareno acude con sus compañeros que dieron latigazos al hombre para hablar con ellos. Se desconoce en qué parte del mundo ocurrió el ataque.