Desde noviembre de 2024, residentes de Nueva Jersey han reportado avistamientos de una docena de drones sobrevolando tanto áreas rurales como urbanas. Estos artefactos, del tamaño aproximado de un automóvil pequeño, han sido vistos en lugares como el río Raritan, la fábrica militar Picatinny Arsenal, el campo de golf de Donald Trump e incluso en la ciudad de Nueva York. Los drones, algunos con luces intermitentes y otros aparentemente apagados, han causado desconcierto y especulación en las comunidades afectadas.
Las autoridades, incluyendo el Departamento de Seguridad y el FBI, han iniciado investigaciones sobre su origen y propósito. Hasta el momento, la Casa Blanca ha confirmado que los drones no representan un riesgo para la seguridad nacional y operan legalmente en el espacio aéreo. Sin embargo, no se ha determinado quién los maneja ni con qué objetivo.
El gobierno también ha desmentido teorías conspirativas que vinculan a los drones con países extranjeros, como Irán. Estas especulaciones, difundidas por el congresista republicano Jeff Van Drew, sugerían que los drones provenían de una supuesta “nave nodriza” iraní. Tanto el Departamento de Defensa como la Casa Blanca han rechazado categóricamente esta versión.
El caso ha generado inquietud en la población, con algunos residentes amenazando con disparar contra los drones, una acción considerada ilegal. Mientras tanto, el presidente electo Donald Trump ha cuestionado la transparencia del gobierno en torno a estos avistamientos, alimentando la desconfianza pública.
Por ahora, las investigaciones continúan mientras el misterio sobre el origen y propósito de los drones permanece sin resolver.