Elon Musk, el hombre más rico del mundo y cercano aliado de Donald Trump, ha causado controversia tras un gesto realizado durante su discurso en el Capital One Arena de Washington DC, para celebrar la toma de posesión de Trump. Durante su intervención, Musk levantó el brazo en un saludo, lo que desató una ola de reacciones negativas en las redes sociales.
Expertos, como la historiadora Claire Aubin, señalaron que el gesto podría interpretarse como un "Sieg Heil" o saludo nazi. Ruth Ben-Ghiat, profesora de historia de la Universidad de Nueva York, también afirmó que se trataba de un saludo nazi. Por otro lado, Andrea Stroppa, asociado cercano de Musk, publicó un video de la escena en las redes sociales con la leyenda: “El Imperio Romano ha vuelto”, haciendo referencia al saludo romano usado históricamente en Italia por el partido fascista de Benito Mussolini.
Stroppa posteriormente eliminó su publicación, aclarando que el gesto de Musk era simplemente una expresión emocional de su parte, debido a su autismo, y no tenía intenciones extremistas. La Liga Antidifamación, por su parte, defendió a Musk, argumentando que el gesto fue un error involuntario y no un saludo nazi.
Este incidente se da en un contexto donde Musk ha mostrado afinidad por partidos de derecha, como el AfD de Alemania y el Reform UK de Gran Bretaña. A pesar de la polémica, Musk sigue siendo uno de los principales aliados de Trump en la política estadounidense. Las reacciones al gesto de Elon Musk fueron variadas. En redes sociales, muchos usuarios condenaron el gesto, interpretándolo como un saludo nazi, y expertos como Claire Aubin y Ruth Ben-Ghiat lo calificaron de tal. Politólogos y figuras públicas de izquierda también criticaron la actitud de Musk, asociándola con ideologías extremistas.
Por otro lado, algunos defendieron a Musk, como Andrea Stroppa, quien aclaró que el gesto tenía un significado personal y no político, vinculándolo con su autismo. La Liga Antidifamación también respaldó a Musk, sugiriendo que fue un error sin intenciones maliciosas.
Celebridades y políticos de derecha, incluidos algunos aliados de Trump, minimizaron la controversia, argumentando que el gesto fue malinterpretado. Sin embargo, la polémica continúa alimentada por las tensiones políticas y sociales en torno a las inclinaciones políticas de Musk.