La facultad constitucional para integrar y proponer la tiene el gobernador de la entidad y se entiende que aunque los legisladores definen quien ha de ocupar el puesto, la confianza del titular del Ejecutivo es indispensable para el buen desempeño de la función. La apuesta según entendemos, es otorgar un grado de autonomía al próximo responsable de la procuración de justicia en Morelos, sin embargo para ello, es necesario modificar las leyes y por supuesto el método del nombramiento.
Los nombres que han alcanzado el consenso entre los juristas asociados suman seis; estará por verse si de entre ellos queda integrada la lista final.
Adela Manzanarez y Marcelino Vázquez Huitrón siguen encabezando las preferencias. José Luis Urióstegui Salgado, a quien le levantó la mano en dos ocasiones ante los seguidores de izquierda el triunfador candidato al gobierno estatal, en el entendido de una equívoca visión de triunfo en Cuernavaca, mejor decidió no seguir el trámite jurídico en el ámbito federal de impugnación de la elección; su nombre ha sido ignorado en el equipo triunfante.
Suena ahora el nombre de Raúl Vergara Mireles, quien traería la recomendación de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAE); institución que iniciará una nueva etapa a partir de 2013 con presupuesto millonario, real independencia y lógicamente, espacio con el cual debe pactarse a partir de ahora.
La promesa de que en 180 días el sentir social deberá cambiar para bien en el rubro de seguridad pública, es gigantesco paquete que junto con el Gobernador cargarán los responsables de seguridad pública y de procuración de justicia. Los seis meses pueden ser mucho o poco tiempo, de acuerdo los resultados. Sin embargo, mucho dependerá de la política en ese ámbito que Enrique Peña Nieto, desde Los Pinos, decida para ese rubro.
Miguel Osorio Chong, uno de los definitorios en el próximo gobierno presidencial, ha dejado en claro que las fuerzas armadas permanecerán en las calles del país hasta en tanto no se defina el camino a seguir. Cuál será la relación con el gobierno morelense, es cuestión interesante, sabedores de que el mismo ex gobernador de Hidalgo, ante la caída del entonces presidente priista, Humberto Moreira, inclinó la balanza a favor de la candidatura infructuosa de Amado Orihuela Trejo.
Debe quedar claro, porque así lo establece la costumbre y la recomendación internacional, el cargo de procurador no es de seis años; el nombramiento llegará para ser incluido en la administración y tratar de dar el paso definido en la persecución de delincuentes y con ello el abatimiento de las cifras violentas.
La impunidad es la más difícil de las tareas por remontar; nadie, absolutamente nadie confía en las diferentes etapas e instancias: ni en la procuración ni en la administración de justicia.
Son escasos 18 días para el arranque de la nueva etapa en Morelos; se perciben ya los primeros resquemores en el equipo cercano. Ningún cargo ha sido definido del gabinete pero los responsables son fácilmente detectables.
En fin, en 17 días sabremos y estaremos en posibilidades de ver rostros sonrientes y en otros casos de derrota. Aunque son seis años los que están por venir; a excepción del titular de Ejecutivo, ninguno tendrá garantizada su estancia completa en el sexenio.